Nuestros Héroes de la guerra del pacífico

Esta serie fue realizada por el Ministerio de Educación, con la producción del Instituto Nacional de Tele Educación (INTE) en 1979. La serie consta de 10 capítulos que narran desde la declaratoria de guerra al Perú (cap 1) hasta la batalla de Arica (cap 10), para los libretos se basaron en un libro de Max Obregón M.

Los vídeos han sido puesto en la red por Jonatan Saona, trujillano, abogado e interesado en la historia.

Nuestros Héroes I: Declaratoria de Guerra al Perú

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La declaratoria de guerra de Chile al Perú ocurrió el 5 de abril de 1879. Llegó tras una cadena de hechos: la ocupación chilena de Antofagasta el 14 de febrero por la disputa del “impuesto de los 10 centavos” con Bolivia, la declaración de guerra boliviana del 1 de marzo, y la fallida mediación peruana encabezada por José Antonio de Lavalle. Chile exigió a Lima neutralidad frente al conflicto con Bolivia y la desvinculación del tratado secreto defensivo Perú Bolivia de 1873, pero el gobierno peruano se negó por razones jurídicas y políticas, ya que la alianza lo obligaba a asistir a Bolivia si era atacada.

Con la nota del 5 de abril, el presidente Aníbal Pinto formalizó el estado de guerra con el Perú, y Lima respondió el 6 de abril con su propia declaratoria. Desde entonces el teatro principal pasó al mar, porque quien controlara el Pacífico impondría el ritmo de la campaña terrestre. Siguieron los combates de Iquique y Punta Gruesa en mayo, el bloqueo de puertos y la captura del Huáscar en Angamos en octubre, pasos que aseguraron a Chile el dominio marítimo y abrieron la ruta a las operaciones en Tarapacá, Tacna Arica y, más tarde, a la campaña sobre Lima, luego vinieron las masacres, violaciones y barabaries cometidas por los soldados chilenos.


Nuestros Héroes II: Combate naval de Iquique

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El 21 de mayo de 1879, frente al puerto de Iquique, la corbeta chilena Esmeralda (capitán Arturo Prat) y la goleta Covadonga bloqueaban la rada cuando aparecieron los blindados peruanos Huáscar (capitán Miguel Grau) y Independencia. El Huáscar enfrentó a la Esmeralda. Tras fuego cerrado, Prat intentó abordar con un pequeño grupo, fue abatido, y el Huáscar embistió a la corbeta hasta hundirla. Hubo numerosas bajas chilenas, y Grau ordenó rescatar a sobrevivientes, gesto que la historiografía de ambos países recuerda.

Al mismo tiempo, al sur, la Covadonga al mando de Carlos Condell atrajo a la Independencia de Juan Guillermo Moore hacia los bajos de Punta Gruesa, donde el blindado peruano encalló y se perdió. El resultado fue doble, Perú hundió la Esmeralda pero perdió la Independencia. En lo estratégico, Chile obtuvo un potente efecto moral que se conmemora cada 21 de mayo, mientras el Perú conservó por varios meses la iniciativa naval con el Huáscar, hasta su captura en Angamos el 8 de octubre de 1879.


Nuestros Héroes III: Nobleza y acción de Grau

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Miguel Grau fue llamado el “Caballero de los Mares” por hechos concretos. Tras Iquique, 21 de mayo de 1879, ordenó rescatar a los náufragos de la Esmeralda y trató con dignidad a los prisioneros. En junio envió a Carmela Carvajal, viuda de Arturo Prat, las pertenencias de su esposo con una carta de pésame, gesto que trascendió fronteras. Durante sus acciones avisó a poblaciones civiles antes de bombardear instalaciones militares, evitó hospitales y templos cuando fue posible, y promovió canjes de prisioneros en condición de igualdad, lo que unió honor profesional, compasión y disciplina.

Como jefe del Huáscar condujo una guerra de corso eficaz entre mayo y octubre de 1879, con impacto operativo y moral. Interrumpió líneas enemigas, cortó comunicaciones y capturó transportes, incluido el Rímac el 23 de julio de 1879 (con tropa y caballada a bordo), lo que obligó a Chile a concentrar su escuadra para cazarlo. Esa presión terminó en Angamos, 8 de octubre de 1879, cuando un proyectil alcanzó el torreón de mando y Grau murió en su puesto. Su combinación de táctica audaz y conducta humanitaria lo eleva como referencia de liderazgo militar y ética en combate.


Nuestros Héroes IV: Segundo combate de Iquique

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El Segundo combate de Iquique ocurrió en la madrugada del 10 de julio de 1879. El Huáscar de Miguel Grau llegó a Iquique alrededor de las 00:45, desembarcó un oficial para reconocer la situación y al no hallar buques en la rada buscó a la división chilena que bloqueaba el puerto. A unas diez millas se topó con el transporte chileno Matías Cousiño, lo cañoneó y trató de capturarlo, pero acudió la cañonera Magallanes al mando de Juan José Latorre, que sostuvo un duelo cercano mientras el blindado Cochrane se aproximaba desde el sur. Grau intentó espolonear a la Magallanes en varias pasadas, sin conseguirlo debido a su maniobrabilidad, y cuando el Cochrane entró en escena el Huáscar se abrió rumbo al norte. La persecución se prolongó hasta cerca de Pisagua hacia las 11:00, sin daños graves en el Huáscar y con el Matías Cousiño averiado.

El resultado fue indeciso en lo táctico, aunque con efectos políticos claros. En Chile creció la presión pública sobre su alto mando, ya que un solo buque peruano seguía hostigando su bloqueo, y Latorre ganó relieve por contener al Huáscar con un buque menor mientras esperaba al Cochrane. En el Perú, el Congreso recomendó y el Ejecutivo aprobó el ascenso de Grau a contralmirante por sus acciones del 21 de mayo y del 10 de julio. El episodio confirmó la audacia de las correrías del Huáscar y anticipó la decisión chilena de concentrar su escuadra para cazarlo, algo que recién lograría en Angamos el 8 de octubre de 1879.


Nuestros Héroes V: Combate de Antofagasta

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El Combate de Antofagasta tuvo dos episodios en 1879. En el primero, 26 y 27 de mayo, el Huáscar al mando de Miguel Grau hostigó el puerto ocupado por Chile, que estaba defendido por baterías de costa y por la Covadonga. El 26, desde unas 2.000 yardas, el Huáscar abrió fuego contra las condensadoras de agua, instalaciones salitreras y fuertes, y recibió la respuesta combinada de artillería terrestre y naval. Disparó 16 proyectiles de 300 libras y 8 de 40, logró silenciar posiciones del norte y sur, y al día siguiente cortó el cable submarino que unía Antofagasta con la red hacia Caldera y Valparaíso, antes de retirarse.

El segundo combate, 28 de agosto, se produjo cuando el Huáscar volvió para rastrear y cortar de nuevo el cable. La corbeta Abtao y la cañonera Magallanes, protegidas entre buques neutrales, abrieron fuego y el Huáscar respondió con puntería medida para no dañarlos. Un proyectil de 300 libras del Huáscar destrozó el puente de la Abtao y causó bajas, mientras que un tiro de la batería de Bellavista dañó la chimenea del Huáscar y mató al teniente peruano Carlos de los Heros. La acción cesó hacia las 17:30, con el Huáscar retirándose ante la aproximación del Blanco Encalada. Algunas síntesis la consideran victoria peruana por los daños infligidos y el logro sobre el cable, y todas coinciden en que reforzó la decisión chilena de concentrar su escuadra, paso que conduciría a Angamos el 8 de octubre.


Nuestros Héroes VI: Combate de Angamos

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El Combate de Angamos ocurrió el 8 de octubre de 1879 frente a Punta Angamos. La escuadra chilena, con los blindados Cochrane (capitán Juan José Latorre) y Blanco Encalada (comandante Galvarino Riveros), ejecutó una maniobra de pinza contra el Huáscar y la Unión. La Unión se separó y logró escapar hacia el norte, el Huáscar quedó envuelto. Tras un duelo cerrado, un proyectil abrió el torreón de mando y Miguel Grau murió en su puesto; el mando pasó al comandante Elías Aguirre, quien también cayó minutos después. Con la máquina y el timón averiados, el Huáscar fue finalmente capturado cerca del mediodía.

El resultado fue decisivo. Chile aseguró el dominio del mar, lo que permitió el desembarco en Pisagua el 2 de noviembre y el inicio de la campaña terrestre en Tarapacá, luego Tacna y Arica, y más tarde la campaña de Lima. Para el Perú, la muerte de Grau y la pérdida del Huáscar significaron un golpe moral y operativo; para Chile, Angamos consolidó la libertad de acción marítima que definiría el resto de la guerra.


Nuestros Héroes VII: Campaña de Tarapacá

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La Campaña de Tarapacá se desarrolló en noviembre de 1879, después del desembarco chileno en Pisagua el 2 de noviembre, operación anfibia que abrió el frente terrestre en el desierto salitrero. El cuerpo expedicionario avanzó por la pampa, chocó con fuerzas aliadas en Pampa Germania y luego en Dolores o San Francisco el 19 de noviembre, donde los aliados, principalmente peruanos y bolivianos, se replegaron hacia el interior por falta de agua, transporte y municiones. En ese contexto ocurrió la retirada de la columna boliviana ordenada por Hilarión Daza en Camarones el 14 de noviembre, hecho que dejó al ejército peruano de Juan Buendía sin el refuerzo esperado y complicó la coordinación aliada.


Nuestros Héroes VIII: Batalla de Tarapacá

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El 27 de noviembre se libró la batalla de Tarapacá, una victoria táctica peruana que permitió a Buendía romper el cerco y continuar la retirada, aunque sin capacidad para sostener la provincia por el peso de la logística y la superioridad material chilena. A fin de mes, Chile controlaba los principales centros y rutas del territorio, lo que aseguró los yacimientos de salitre y le dio un sustento económico clave para el resto de la guerra. La campaña concluyó con el repliegue aliado hacia Arica y el inicio del ciclo que llevaría a las operaciones de Tacna y Arica en 1880.


Nuestros Héroes IX: La Batalla de Arica I

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La Batalla de Arica ocurrió el 7 de junio de 1880, cierre de la campaña de Tacna y Arica. Tras la derrota aliada en Tacna, el coronel peruano Francisco Bolognesi organizó la defensa del puerto y del Morro, y el 5 de junio respondió al emisario chileno Juan de la Cruz Salvo que cumpliría sus “deberes sagrados hasta quemar el último cartucho”. De madrugada atacaron columnas al mando de Pedro Lagos por las baterías del Este y Ciudadela, con minas defensivas y combate a bayoneta. En menos de una hora el Morro cayó, murieron Bolognesi y varios jefes como Ramón Zavala y Benigno Cornejo, y Alfonso Ugarte pasó a la memoria como símbolo de la jornada.

El monitor Manco Cápac fue hundido por su tripulación para evitar la captura, y las bajas sumaron cientos, con estimaciones que sitúan a los peruanos en 700 a 900 muertos y a los chilenos en algo más de un centenar, además de heridos y prisioneros. La toma de Arica aseguró a Chile el dominio del extremo sur peruano, dejó aisladas las fuerzas aliadas y abrió el camino operativo hacia la campaña de Lima. En la memoria pública quedaron la Casa de la Respuesta y la fecha del 7 de junio como Día de la Bandera en el Perú.


Nuestros Héroes X: La Batalla de Arica II

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La Batalla de Arica: el detalle táctico y el inmediato después. Tras la derrota aliada en Tacna, Arica quedó aislada por tierra y mar, con artillería de costa, minas y trincheras en torno al Morro. El 7 de junio de 1880, antes del alba, fuerzas chilenas iniciaron el asalto en escalones por los sectores Este y Ciudadela, con fuego de apoyo desde la rada. Hubo choques a muy corta distancia, intentos de contraataque y explosiones de minas defensivas. En menos de una hora la línea peruana se quebró en altura, cayó el Morro y la guarnición se desarticuló. El monitor Manco Cápac fue hundido por su propia tripulación para evitar la captura.

Las consecuencias fueron operativas y simbólicas. Chile aseguró el último puerto importante al sur del Perú, concentró prisioneros y material, y quedó en condiciones de proyectarse hacia la campaña de Lima. Para el Perú, la caída de Francisco Bolognesi y de sus jefes selló la defensa del sur y fijó una memoria cívica que se recuerda cada 7 de junio como Día de la Bandera, con la Casa de la Respuesta como lugar emblemático y la frase del “último cartucho” como norma ética. Arica cerró la campaña del sur, confirmó el dominio marítimo y de maniobra chileno, y cambió el pulso de la guerra en favor del atacante.


Compilado y comentado por:
Ricardo Cuya-Vera de Calidad Integral
Divulgador de la memoria de Miguel Grau Seminario.