Chile destituye a su comando general, y gracias a Inglaterra, recibe un millón de pesos en armas embarcadas desde puertos británicos. Mientras tanto, la marina de guerra del Perú, con Grau como líder, sigue avergonzando al enemigo. Lo reconoce en estas líneas insólitamente francas el historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna. La cuarta persecución del monitor termina en …