LA BATALLA DE MIRAFLORES ES UNA PÁGINA DE HONOR PARA EL CALLAO
(El Callao debe un monumento a sus bravos hijos)
El Callao tuvo la más destacada actuación durante la guerra del Pacífico, en la que mucho de sus hijos escribieron sendas páginas gloriosas de que puede enorgullecerse nuestro país cuando se hace el recuento de los desgraciados acontecimientos que ponen trágico marco a nuestra contienda del 1879.
La actuación del Callao en la defensa del país, comprendiendo todo el período de la lucha magna contra la invasión chilena, alcanzó sus más relevantes caracteres en la batalla de Miraflores, desde dos unidades formadas exclusivamente por chalacos “Guardia Chalaca” y “Guarnición de Marina”, a las órdenes del Coronel Carlos Arrieta y Capitán de Navío Juan M. Fanning, lucharon bravamente durante cinco horas en un supremo y desesperado esfuerzo por contener el avance de las divisiones chilenas.
(Capitan de Navío Juan M. Faning)
Miraflores es, debemos decirlo así, una página de orgullo y de honor para el Callao, que debe ser reivindicada por los hijos de la Provincia ya que ella fue escrita con sangre chalaca vertida en aras de la integridad del Perú en forma generosa y sin limitación alguna.
La organización de estas dos unidades
La historia de esos dos bravos cuerpo chalacos es breve y solo abarca el cortísimo período entre los preparativos para la defensa de Lima casi improvisados a fines del año 1880, en que el Dictador Piérola quiso organizar la resistencia nacional contra la invasión chilena a la capital, y la misma tarde del 15 de enero del año siguiente (1881) en que derrotados los defensores de Miraflores, las tropas enemigas se abrieron paso por entre millares de cadáveres.
Dictador Pierola
Cuando quedó en evidencia el plan chileno de invadir Lima, una vez perdida para el Perú la campaña del sur, el gobierno nacional llamó al servicio activo a todas las reservas de la capital para la formación de los famosos batallones que debían combatir en las puertas de Lima en caso-como aconteció después-de que fuera atacada por el ejército enemigo. Al Callao, le correspondió formar en las instalaciones del Cuartel el Arsenal dos cuerpos especiales con los restos gloriosos de las tripulaciones de los barcos de guerra, con tropa sobreviviente de los batallones de línea y con los voluntarios chalacos (maestros, operarios de aduana, bomberos, pescadores, comerciantes, estibadores, etc.) que se apersonaron voluntariamente a las instalaciones del cuartel y se alistaron en defensa del país.
Así nacieron “Guardia Chalaca” y “Guarnición de Marina”, dos brillantes unidades del ejército de reserva improvisado en el Perú en uno de los más trágicos períodos de la historia nacional.
(Cuartel ubicado en la Calle El Arsenal, de donde partieron los
valientes chalacos hacia la Batalla de Miraflores.
Hoy ese lugar es el Parque Temático de la P.N.P.)
La víspera de la Batalla
Hasta la víspera de la batalla de Miraflores, los dos batallones permanecieron en el Callao como tropas afectadas a la defensa del puerto en previsión de que las tropas chilenas intentaran un desembarco por la bahía. Pero ya en la mañana del 15 de Enero, la situación de estas unidades había variado, pues el triunfo chileno en la Batalla de San Juan, alcanzado en la mañana del 13 de Enero, hizo ver que la acción definitiva tenía que verificarse sobre la línea de Miraflores, donde, con febril actividad y entusiasmo cívico nunca visto, se daban los últimos toques a las trincheras y reductos.
En la mañana del 15 d Enero, por órdenes expresas del Dictador Piérola, “Guardia Chalaca” y “Guarnición de Marina”, con sus efectivos completos salieron desfilando por la Calle del Arsenal, pasando por Constitución y tomando la de Misión (José Gálvez), siendo estas arterias las principales de nuestra entonces pequeña Ciudad Portuaria. Luego de atravesar la Plazuela Dos de Mayo (hoy Plaza Gálvez), y seguir por la Calle Lima (Sáenz Peña), la población los aclamó a su paso con un baño de aliento patriótico antes del enfrentamiento, y es así que llegando por la Calle Lima a la altura del mercado, volteando hacia la derecha se encontraba la Estación Ferroviaria del Mercado (altura de la cuadra 6 de la hoy Av. Grau, antes Calle del Ferrocarril), donde emprendieron viaje hacia Lima por línea del ferrocarril para continuar enseguida hacia Miraflores, donde llegaron a las primeras horas del día a ocupar el emplazamiento que se les había señalado en la extrema derecha de la extensa línea de Miraflores. Los dos batallones tomaron posición entre los dos primeros reductos que se habían levantado frente a la población de Miraflores en dirección hacia Monterrico Chico y San Borja.
(Esquina de la calle El Arsenal y la Plazuela Constitución, hoy Plaza Grau)
(Calle Constitución)
(Iglesia Matriz, Pasaje la Misión) (Plazuela Dos de Mayo, hoy Gálvez)
(Esquina Pasaje la Misión – hoy Gálvez- con Calle Lima)
La Línea de Miraflores
Miraflores, según lo confesaron los militares y escritores chilenos estaba mal defendida. La línea peruana era no solo extensa sino débil en todas sus parte, pues los llamados reductos solo constituían excavaciones en tierra, con terraplenes formados por el material extraído y sacos de arena, que a los primeros disparos de los cañones de los buques chilenos, anclados frente a Miraflores, se desmoronaron dejando sin defensa a sus ocupantes.
Los reductos solo fueron ocupados por las tropas de la Reserva de Lima, cuerpos nuevos, de gente inexperta, mal armada, y sin disciplina. Entre los reductos, el comando peruano había colocado los escasos batallones chalacos traídos del puerto horas antes de librarse la jornada definitiva.
La bravura de los chalacos
La batalla de Miraflores comenzó de manera sorpresiva para el ejército peruano, que esperaba en los reductos y a lo largo de toda la línea el resultado de la intervención diplomática pero el armisticio lo rompieron los chilenos minutos después de las dos de la tarde, en que la división del Coronel Lagos atacó de frente los reductos que defendían las derecha, donde se hallaban “Guardia Chalaca” y Guarnición de Marina”.
Seis cuerpos chilenos, los más aguerridos del ejército expedicionario, que se habían distinguido en las batallas de San Juan y Chorrillos, atacaron, por el lado del mar, los primeros reductos peruanos, tratando de forzar la posición en un asalto desesperado y terrible. Una hora después de iniciada la lucha, las tropas del Coronel Lagos, comenzaron a ceder el campo. Era que los batallones peruanos, repuestos de la sorpresa del ataque, y reorganizaos contra atacaban al arma blanca saliendo de sus reductos aunque exponiéndose al fuego combinado de los buques y de la artillería chilena que apoyaban el ataque de Lagos.
El ejército chileno comenzaba a ceder. Eran las 3 de la tarde y desde el cuartel general chileno se desconfiaba ya del éxito de la batalla. “Guardia Chalaca” y “Guarnición de Marina” peleaban contra los soldados chilenos del Caupolicán, de Valdivia y del Batallón Naval. Un documento chileno dice, refiriéndose a este instante de la lucha: …”El Batallón Marina que desde el principio estaba combatiendo, fue apoyado por el Batallón Unión, que acudió en su ayuda para llenar los claros producidos por el fuego”. “Lejos de ceder, los peruanos se batían desesperadamente”.
Estos escasos batallones (dice otro documento chileno de la Batalla e Miraflores) que en un principio contaban 2,500 plazas y que la metralla de la escuadra y los repetidos asaltos del enemigo habían reducido casi a una tercera parte, defendían valerosamente sus posiciones cerca de una hora más…..”
Tres veces fueron rechazados los chilenos en su ataque a la derecha peruana que defendían los batallones chalacos. Uno de sus historiadores, al referirse a este momento de la lucha, califica de “falsa retirada” el movimiento de las tropas de Lagos, bajo la fuerte y brava presión de los peruanos, pretendiendo negar las primeras ventajas que obtuvieron los cuerpos de la Reserva al contraatacar a Lagos, hasta obligarlo a pedir el auxilio de la División Lynch, que llegó inmediatamente a reforzar a las desgastadas tropas de asalto.
Hablan los historiadores chilenos
El historiador Vicuña Mackena, al ocuparse de la batalla de Miraflores dice:
…”A las 5 de la tarde, las divisiones chilenas que protegidas y contenidas en su fuga por la División de reserva pudieron regularmente reorganizarse, volvieron una tercera vez al asalto en unión de aquella, y cuando quizá estaban próximos a retroceder una tercera vez todavía, cuando hacía ya rato que los oficiales podían solamente obtener que sus soldados avanzasen empujándolos con la punta de sus espadas, tres de los cuatros batallones peruanos del ejército activo, que defendían los intervalos de una trinchera a otra, disminuyeron repentinamente sus fuegos, para luego volver las espaldas después de pocos minutos, y desbandarse como locos…..”.
“Desde aquel momento agrega Vicuña Mackena, no quedan frente al enemigo más de un batallón del ejército activo, el de Marina y los escasos batallones de reserva que defendían los reductos”.
El historiador chileno aún cuando trata de aminorar el fracaso inicial del ejército de su patria, al tratar sobre los reductos confiesa la valiente actuación del “Guarnición de Marina”, que fue uno de los batallones que, cuatro horas después de rotos lo fuegos seguían luchando brava y heroicamente contra fuerzas superiores en números y armamento, contra los regimientos de dos divisiones chilenas, las de Lagos y de Lynch, que emprendieron el asalto de los primeros reductos próximos al mar.
Las bajas de ambos lados
Las bajas chilenas en el sector defendido por los dos cuerpos chalacos, fueron numerosas. A las 4 de la tarde, es decir, solo dos horas después de rotos los fuegos, el Coronel Lagos no podía mantener sus posiciones y solicitó reiteradamente tropas de apoyo para forzar los reductos.
Las bajas peruanas también fueron numerosas, más que las del enemigo por la desigualdad de los efectivos, y porque todo el peso de la lucha gravitó sobre la derecha peruana, defendidos por menos de 5,000 hombres, contra dos divisiones chilenas que atacaron con el concurso de sus buques. Las bajas de la “Guardia Chalaca” y de la “Guarnición de Marina”, alcanzaron más del 30 por ciento de sus efectivos. Los dos primeros jefes de estos batallones, quedaron en el terreno: el Coronel Carlos Arrieta y el Comandante de Marina Fanning. Entre los heridos se hallaron el segundo y tercer jefe del “Guarnición de Marina”, comandante Andrés Suárez y José Antonio Sarria.
Los restos gloriosos de la trágica jornada
Al comenzar el crepúsculo vespertino, los chilenos se encontraron dueños de la posición peruana. Eran las 6 y media de la tarde. Grupos de dispersos se abrían paso por entre sus compañeros caídos para dirigirse a Lima, seguidos de cerca por la caballería chilena.
Entre los dispersos que abandonaban el campo tan valientemente defendido, marchaban los restos gloriosos del batallón chalaco, con la desesperación pintada en lo semblantes, con los uniformes desgarrados y con salpicadura de la noble sangre vertida a torrentes en una recia e injusta lucha en que todas las ventajas y probabilidades del triunfo estaban de parte de los enemigos.
Se pagará la deuda a los chalacos
Pero El Callao había escrito también su página de honor en la historia de la guerra, página que nadie se ha atrevido jamás a desfigurar, ni aún los escritores chilenos que, comenzando por el más ilustre de ellos, por Benjamín Vicuña Mackena, rindieron un justo y merecido elogio al valeroso comportamiento del “Guardia Chalaca” y del “Guarnición de Marina” en la luctuosa jornada de Miraflores.
Relación de los muertos en la Batalla de Miraflores
(Cripta de los Héroes Chalacos que se inmolaron en la Batalla de Miraflores, ubicada en el cementerio Baquijano del Callao)
He aquí el nombre de algunos soldados y oficiales CHALACOS, que murieron en dicha guerra:
BATALLÓN GUARDIA CHALACA
Coronel Jefe, Carlos Arrieta
Teniente, Vicente Merizalde
Sub-teniente, Germán Paulet
Sargento 2º., Pedro Caballero
Cabo, Santiago Figueroa
Cabo, Miguel Herrada
Cabo, Ignacio Orellana
Cabo, Francisco Muñoz
Cabo, Santiago Portal
Cabo, Rafael Ruiz (Ecuatoriano)
Furriel, Juan G Villanueva
Soldado, Pedro Braccio
Soldado, Justo A Estrada
Soldado, Cesar Lund
Soldado, J.A. French
Soldado, Alejandro Radavero
Soldado, Toribio Cubillas
SEGUNDA COMPANIA DEL BATALLÓN GUARDIA CHALACA
Capitán, Vicente Espantoso
Teniente, José Cleotaldo Polo
Sargento 2do., Julio Radavero
Soldado, Antonio de la Haza
TERCERA COMPAÑÍA
Teniente, Manuel Geloz
Sub-teniente, Miguel Alcedo
Soldado, Juan Olmos
Soldado, Calixto Silva
Soldado, Manuel Manalla
Soldado, Juan Grillo
Soldado, Edilberto Ponce de León
Soldado, Federico Alvarado
Soldado, Francisco Mellado
Soldado, Manuel Vásquez
AGREGADO DEL BATALLÓN “GUARDIA CHALACA”
Capitán, Miguel Cantos
Soldado, Juan Landaveri
Soldado, Nicolás Fonseca
Soldado, Ramón Cortes
Soldado, Manuel Trasmontes
Soldado, Anselmo Montes
Soldado, Octavio Vásquez
Soldado, Miguel Reyes
Soldado, Tomás Peña
Soldado, Juan F. Pérez
Soldado, Andrés Madueño
Soldado, Anastasio Salcedo
Soldado, Joaquín Gonzales
Soldado, Laureano Carrera
Soldado, Manuel Molero
Soldado, Martín Olaya
Soldado, Manuel Pajares
Soldado, Tomás Sánchez
Soldado, Melecio A. Gonzales
Soldado, N. Sotelo
GUARNICION DE MARINA
Capitán de Navío 1er. Jefe, Juan Fanning
Sargento Mayor graduado, capitán de la 1ra. compañía, Don Agustín Ugarte
Teniente, Aurelio H. Aza.
Capitán de la 3ra. compañía, Manuel Asanza.
Sub-teniente, Ricardo Alvarado.
Teniente, Moisés Patrón, 4ta. compañía.
Sub-teniente, Genaro Cobián, 5ta. compañía.
Capitán de la 6ta. compañía, Augusto Gómez Lira.
Sub – teniente, Guillermo Higginson.
Teniente Ayudante Mayor, Manuel Pino
Sub – teniente, Julio Belisario Suarez, servía de ayudante
Juan Ezequiel Cockburn, soldado distinguido de la 6ta. compañía, edad 17 años
Gregorio Vinces, distinguido, 4ta compañía.
BATALLÓN CALLAO No. 9.
Sargento 2do., Víctor Balcázar
Sargento 2do., Julio Alcázar
Cabo 1ro., Manuel Risco
Soldado, Grimaldo Choza
Soldado, Alfredo Bocanegra
Soldado Wenceslao Romero
Soldado Natalio Herrera
RESERVA DE LIMA No 4.
Sargento 1ro., Luis Soria
Soldado, Juan Dionisio Rivera
Soldado, Sixto Deustua
Soldado, Zenón Rivera
Soldado, Miguel Díaz
Soldado, Augusto Alegría
Soldado, Justo P. Flores
Soldado, Manuel F. Vidal
Soldado, Pedro Julio Illescas
Soldado, Eugenio Salas.
Soldado, N. Panizo
RESERVA DE LIMA No 6.
Soldado, Ramón Lyons
Soldado, Carlos L. Richardson
Soldado, Nicanor Guerrero
Soldado, Andrés Arroyo
Soldado, Pablo Serra
Soldado, Eduardo Kallemback
RESERVA DE LIMA No 8.
Capitán, Don Juan Alfaro
COLUMNA B., GUARDIA CIVIL DEL CALLAO
Inspector, José Silva
Inspector, Clodomiro Silva
Inspector, Manuel Bozano
Guardia, Eusebio Medina
Guardia, Luis Valladares
Guardia, Santos Leiva
Participación Bomberil en la Batalla de Miraflores
40 bomberos más, murieron por las balas chilenas, algunos en la confrontación abierta, en batalla, defendiendo Chorrillos y Miraflores; otros que habían quedado heridos fueron ultimados, asesinados, en el «repase», tan afanosamente practicado por la genocida soldadesca sureña.
Nuevamente fue relevante la presencia de diez hombres de la Unión Chalaca N°1, más uno de la Salvadora Callao N°9. Con sus rangos y grados, todos estos héroes muestran su pertenencia a un cuerpo militar, un batallón íntegramente chalaco y con muchos de sus integrantes de las filas de la tutelar y gloriosa Unión Chalaca N°1.
En la lista también están once Bomberos de la Lima N°4, nueve de la Salvadora Lima N°10, y otros nueve de la Cosmopolita N°11.
Estos son los venerables nombres de nuestros compatriotas muertos el 15 de enero de 1881, apenas dos días después de los otros 24 de la lista anterior, y esta vez reordenados según sus Compañías, desde el sitio del CBP:
UNION CHALACA No. 1
No.
Nombres
1
Herrada, Miguel
2
Higginson, Guillermo
3
Lund, César
4
Muñoz, Francisco
5
Olmos, Juan
6
Orellana, Ignacio
7
Pardo de Figueroa, Santiago
8
Paulet , Germán
9
Rivera, Zenón
10
Villanueva, Juan
SALVADORA CALLAO No. 9
No.
Nombres
1
Geloz, Manuel S.
LIMA No. 4
No.
Nombres
1
Sánchez, Natalio
2
Fanning, Juan
3
De la Colina, Narciso
4
Del Castillo, Saturnino
5
Cavenecia, Emilio
6
Barrón, Enrique
7
Rellis, Juan
8
Richardson, Carlos
9
Rioja, José
10
Sáenz, Agustín
11
Villarán, Samuel
SALVADORA LIMA No. 10
No.
Nombres
1
Morales, Tomás L.
2
O’Hara, Santiago
3
Panizo, Vicente
4
Del Campo, Enrique
5
Del Pino, Marcelo
6
Barrionuevo, Manuel
7
Portocarrero, Daniel
8
Rivera, Belisario
9
Segales, Ismael
COSMOPOLITA No. 11
No.
Nombres
1
Alfaro, Juan
2
Cantuarias, Arturo
3
Castillo, Emilio
4
De Tena, Emilio
5
Moreno, Gerardo
6
Ortega, Enrique
7
Pinoleti, Ismael
8
Velarde, Maximiliano
9
Velarde, Tranquilino
El Callao a sus hijos predilectos
(Medalla de reconocimiento heroico conferida por el Municipio de Lima a los sobrevivientes y deudos de la
Batalla de Miraflores en el año 1891)
El Callao tiene pues una gran deuda de honor que cumplir para con los gloriosos defensores de la integridad y la dignidad nacionales que formaron parte de dos batallones que constituyeron la cooperación patriótica del Puerto en la Guerra del 1879. Esa gratitud debe expresarse en forma perdurable que diga a todas las generaciones del futuro de la grandeza espiritual del alma chalaca. El bronce aguarda aún perennizar el heroísmo chalaco en la Guerra del Pacífico. Un monumento deberá recoger la lección de honor legada por los soldados de “Guardia Chalaca” y de “Guarnición de Marina”, que llevaron la representación del Callao en la defensa de Lima el 15 de enero de 1881.
COMPILADOR:
Marcial Pérez Ponce de León
Paita 187
Fuente:
Diario El Callao 1933, Edición del cincuentenario
Archivo fotográfico Curarrino
Enrique Nolte