El Presidente boliviano Hilarión Daza le declaró la guerra a Chile el 1 de marzo de 1879, a los pocos días que la ciudad de Antofagasta fuera ocupada por las tropas chilenas, quienes tenían como objetivo proteger los intereses de los compatriotas que explotaban el salitre.
En esa época Chile delimitaba por el norte con el Desierto de Atacama, pero con poca claridad si era al comienzo o al final; en todo caso Antofagasta formaba parte del territorio boliviano, mientras que Arica e Iquique pertenecían al Perú.
Las hostilidades entre las dos naciones comenzaron cuando Bolivia rompió el tratado de 1874, en el cual Chile reconocía el control de Bolivia sobre la zona, pero a su vez Bolivia eximía a las empresas salitreras chilenas de pagar nuevos impuestos durante 25 años.
Pero la crisis mundial de 1878 provocó que el precio de varios minerales bajara y entre ellos el salitre. Entonces, el recién asumido Presidente Daza, aprobó una ley que aumentaba en 10 centavos el impuesto que pagaban los trabajadores chilenos que explotaban el salitre, por cada quintal que embarcaran del producto.
Los trabajadores chilenos, que representaban más del 95 por ciento de la población de Antofagasta, se negaron a aceptar esta alza, por lo que el mandatario boliviano dio la orden de rematar las salitreras para el día 14 de febrero de 1879.
Ambas decisiones de Daza, el alza en los impuestos y luego el remate de las salitreras, probablemente estuvieron influenciadas por la fortaleza que le daba el pacto secreto firmado con Perú en 1873, por medio del cual estas naciones acordaron una alianza ofensiva y defensiva con respecto a Chile y los minerales del norte.
Adicionalmente, Perú había promulgado una ley que dejaba a todas las nuevas salitreras descubiertas de la zona de Tarapacá en manos del Estado y las de propiedad de chilenos u otros extranjeros debían ser vendidas al Estado, recibiendo a cambio bonos o pagarés hipotecarios. Por estas decisiones Chile no reclamó, porque era territorio peruano y no existía ningún tratado entre ambas naciones.
En estas circunstancias llegó el 14 de febrero de 1879, día que los bolivianos habían fijado para el remate de las empresas y fecha establecida para la ocupación por parte de las tropas chilenas.
En la madrugada de ese día se hizo presente la Escuadra Nacional frente al puerto de Antofagasta, compuesta por el Blanco, el Cochrane y la corbeta O’Higgins. Las fuerzas chilenas al mando del Coronel Emilio Sotomayor Baeza, ocuparon la plaza sin disparar un tiro e izaron la bandera chilena.
Entonces Bolivia le declaró la guerra a Chile y Perú intervino confesando la existencia del tratado secreto de 1873. Con esos antecedentes el Presidente de la República Aníbal Pinto Garmendia le declaró la guerra a los aliados Perú y Bolivia el 5 de abril de 1879.
Esta decisión fue inicialmente impopular debido a la crisis económica en la que se encontraba nuestro país, pero después del Combate Naval de Iquique desarrollado el 21 de mayo de ese año, y gracias al heroísmo demostrado en la acción, creó conciencia de la importancia de defender la Patria.
Al comenzar la llamada Guerra del Pacífico, Chile contaba con unos dos mil 400 soldados, la mayoría de ellos destinados en la pacificación de la Araucanía, mientras que su uniforme correspondía al modelo francés.