La Batalla de Dolores, también llamada Batalla de San Francisco fue un enfrentamiento ocurrido el 19 de noviembre de 1879 entre las fuerzas del ejército chileno y fuerzas aliadas del Perú y Bolivia durante la Campaña de Tarapacá en el marco de la Guerra del Pacífico. Las tropas chilenas lideradas por el coronel Emilio Sotomayor rechazaron exitosamente las fuerzas aliadas dirigidas por el general Juan Buendía, en las inmediaciones del pozo de Dolores, una región salitrera ubicada entre Pisagua e Iquique.
Ilustración de la Batalla de Dolores (en La Lira Chilena, 1904).
Las tropas chilenas habían desembarcado y conquistado el puerto de Pisagua el 2 de noviembre y se encontraban distribuídas entre el puerto, Hospicio, y la zona alrededor de la línea ferrea. Las fuerzas aliadas, remanentes del combate en Pisagua y otras llegadas desde Iquique avanzaron hacia el norte para enfrentar combinadas con tropas de Hilarión Daza a las chilenas. Sin embargo, por razones aún discutidas, las tropas de Daza que iban a reforzar al Ejército del Sur se detuvieron en la quebrada del río Camarones desde donde retornaron a Arica.
Ambos beligerantes no estaban preparados, los aliados marcharon sin provisiones y los chilenos no esperaban el ataque.
La batalla ha sido considerada como el avance de la infantería perú-boliviana rechazado por la artillería chilena.
Esta batalla sirvió para consolidar la posición chilena en la región de Tarapacá, obtenida por la toma del puerto de Pisagua, el 2 de noviembre.
Plan de batalla aliado:
El general Buendía resolvió dividir su fuerza de 9.829 hombres en tres columnas de la siguiente manera:
La columna de Belisario Suárez, compuesta por los batallones Cazadores de Cuzco n.º 5, Cazadores de la Guardia n.º 7, Ayacucho, Guardia de Arequipa, Aroma, Vengadores, Victoria y Colquechaca, además de los regimientos de caballería Húsares de Junín n.º 1 y Húsares de Bolivia.
El mismo Buendía se puso al mando de una columna formada por las unidades Ayacucho n.º 3, Provisional de Lima n.º 3, Columna Cerro de Pasco, Puno n.º 6, Lima n.º 8, Illimani, Olañeta, Dalance y Paucarpata, más una brigada de seis piezas de artillería, el Regimiento Guías, el escuadrón Castilla y 81 francotiradores.
Por último, la columna de Andrés Cáceres fue dejada como reserva, con las unidades Zepita n.º 2, 2 de mayo y 80 hombres de artillería.
El plan de ataque diseñado por Buendía consistía principalmente en un ataque dirigido por él mismo contra Dolores, mientras las columnas de Suárez y de Cáceres atacarían la posición en San Francisco. Mientras, los bolivianos del general Villamil atacarían el exremo noroeste del cerro para luego juntarse con Buendía y así envolver las defensas chilenas.
Desarrollo de la batalla:
Apenas llegado a Dolores, Buendía quiso atacar inmediatamente; sin embargo Suárez lo convenció de permitir que la tropa descansara. Además, la demora se usaría para examinar las posiciones enemigas. Con el acuerdo del estado mayor, Suárez envió una partida de 200 hombres a reconocer las posiciones chilenas apostados en el lado suroeste del cerro San Francisco.
Entretanto, Sotomayor recibió el refuerzo de Castro y Velásquez, quienes se situaron entre los cerros San Bartolo y Tres Clavos, mientras que los batallones cívicos Atacama y Coquimbo reforzaron las posiciones de San Francisco. Esto motivó a Buendía a ordenar que su ejército se preparara nuevamente para luchar, pero una vez más Suárez lo convenció de lo contrario.
Con los ejércitos frente a frente, algunos soldados aliados se alimentaron, mientras otros hacían pabellones con sus fusiles y otros más se peleaban por recoger agua de un chorro en El Porvenir. En esas circunstancias, alguien dentro de las filas aliadas hizo un disparo. La agitación de los aliados en la pampa preocupaba a los artilleros chilenos que observaban todo este movimiento sin saber si se trataba de preparativos para la batalla o sólo para acampar, por lo que cuando vieron aproximarse a la partida de reconocimiento enviada por Suárez previamente, la batería del sargento mayor Salvo disparó un cañonazo contra este grupo de soldados, los que pensando que éste era el inicio de la batalla, atacaron a los chilenos en desorden.
Victoria chilena:
La victoria chilena ayudó a consolidar la posición en la región de Tarapacá. Esto debido a la importancia estratégica de este lugar ya que se hallaba un pozo de agua dulce, indispensable para la mantención de la tropa en una campaña terrestre en una zona árida.
Después de las acciones de Pisagua y pampa Germania, las fuerzas chilenas penetraron hacia el interior, y ocupada la aguada de Dolores, se organizan defensivamente en las alturas de los cerros de San Francisco, desplegando en tres núcleos de infantería, con fuerte apoyo de artillería Y la caballería como reserva. Las tropas aliadas atacaron en dirección hacia el pozo de Dolores agrupados en tres divisiones, buscando envolver a los defensores.