1.- La Vuelta al Servicio
El 5 de enero de 1868, el Presidente Mariano Ignacio Prado, ante las rebeliones del norte, del sur y de Lima se vio precisado a dimitir y entregar el mando al general La Puertaque era Presidente del Consejo de Ministros. El 22 del mismo mes el Vice Presidente general Pedro Diez Canseco asume el poder y el 8 de febrero convoca a elecciones
El cambio de la situación política del país facilitó la vuelta de Grau a la marina de guerra y el 27 de febrero de 1868 reingresa Grau al servicio y se le encarga el comando del blindado “Huáscar”. Empezaban a tejerse las tramas del destino. En lo sucesivo la nave y el marino formarían un dúo glorioso e inseparable, hasta el grandioso epílogo de Anegamos. El 25 de julio de ese año es ascendido a capitán de navío graduado. Tenía por entonces 34 años.
Croquis del «Huáscar».
Su verdadero poderío residía en el valor indomable de sus tripulantes y, principalmente, en la sagacidad y espíritu de sacrificio de su inmortal comandante
El 2 de agosto se hizo cargo del Gobierno, el coronel José Balta, encontrando al Estado en difícil situación fiscal y con un déficit presupuestal mayor de 17 millones de soles, todo esto a pesar de la explotación de la riqueza del guano que desde 1842, es decir, en 25 años en que había exportado nada menos que 7’ 115.194 toneladas, que habían generado ingresos por valor de S/. 218’603.625.00. Todo se había despilfarrado, pues no se había emprendido obra importante alguna y antes bien se estaba muy endeudado, con préstamos usurarios y onerosos hechos a los consignatarios del guano.
La historiadora Ella Dunbar Temple, dice que en 1869 Grau, tuvo destacada actuación en el juicio que se siguió a los hermanos Alcázar por una supuesta intentona de apoderarse de un buque de la escuadra..
2.- Grau y el Puerto de Salaverry
Del periodista piurano, radicado en Trujillo Dr. Alfredo Valdivieso García se ha tomado una información sobre la participación de Grau en la creación del puerto de Salaverry.
Desde la época de la Colonia el Puerto que unía a Trujillo con el mar era Huanchaco, que resultaba inaparente por lo cual se trató de reemplazarlo por otro.
Donde ahora se encuentra ubicado el puerto de Salaverry existía un embarcadero conocido como garita de Moche. Este nombre correspondía a una pequeña población situada entre Trujillo y la playa.
Cuando en 1821, el general San Martín nombró al general Antonio Alvarez de Arenales Gobernador de Trujillo, trató de buscar reemplazo para Huanchaco y el asunto siguió viéndose hasta 20 años más tarde.
A fines de 1869, el “Club Progresista de La Libertad”, solicitó al Presidente coronel José Balta Montero, la creación del Puerto de Salaverry en lugar de Huanchaco, teniendo como ubicación la garita de Moche. La directiva del Club estaba formada por el Dr. Nicolás Lizarzaburu, Dr. Pedro Torres Calderón, Juan M. del Valle, Ricardo O’Donovan, Ignacio Chopitea, Ignacio Montero y Clemente Ríos.
Balta dispuso que Grau con el «Huáscar» hiciera una visita de inspección y emitiera un informe, lo fue cumplido de inmediato. Grau acababa de reincorporarse a la Marina y el encargo que le daba el Presidente, muestra el aprecio que se tenía de sus conocimientos marítimos. El informe que emitió fue el siguiente:
Comandancia del «Huáscar»
Al ancla, Callao, febrero 2 de 1870
Señor Ministro de Estado en el despacho de Guerra y Marina.- S.M.
Tengo el honor de informar a Ud. en cumplimiento de las instrucciones recibidas en oficio del 24 pasado, el resultado de los estudios y trabajos hidrográficos que me fueron encomendados, acompañando al efecto un plano del Morro y caleta de la “Garita” que se ha levantado con toda exactitud posible durante los seis días que he permanecido en ese punto.
La costa en ese lugar se extiende al NO 5ª N. del compás formando una ligera curva entrante, interrumpida únicamente por el morro “Carretas” que se desprende de ella, avanzando hacia el mar 1.080 pies ingleses y se eleva 300 pies sobre el nivel del mar. Dicho morro, muy conspicuo por su color negrusco y además, ser muy excelente punto de marcación para los buques que vayan en su demanda
Está situado en la latitud 8ª 14’ 12” S y en la longitud 78ª 57´ de Greenwich y sólo distancia de 10 millas al Sur de Huanchaco; formando con la Costa N. la pequeña caletita de “La Garita” que no tiene mayormente abrigo. La playa es muy vasta y de arena fina, excepto la parte que circunvala al morro que está llena de gruesas y abundantes piedras de granito; las mismas que estando tan a la mano, pueden servir para la construcción de una especie de rompeolas de 300 a 400 pies de largo lanzado en dirección de la puntita más al Norte del Morro, obra es esta que creo es indispensable se construya para hacer de la “Garita” un buen desembarcadero, dándole seguridad y abrigo, de que carece hoy. Con esta mejora se conseguirá también mayor duración en el muelle que se haga paralelo al morro y en fin, mil otras ventajas.
Por el plano se convencerá Ud. de la necesidad de dicha obra, máximo cuando juzgo que no será de gran costo, atendiendo a la abundancia de material que el mismo morro proporciona. La tasca o barra es más corta y mejor relativamente a la de Huanchaco, posee a mi juicio superiores condiciones a aquella en igualdad de circunstancias debido al pequeño resguardo que le da el morro, pues cuando mucho se extenderá la reventazón en este tiempo 1.100 a 1.300 pies de la orilla, proporcionando estas circunstancias ventajas favorables en el embarque y desembarque de pasajeros, disminuyendo los riesgos considerablemente en la salida y entrada de las lanchas a la tasca. Pero nunca será prudente por ahora abordar esta playa en embarcaciones menores sin correr grandes riesgos.
Teniendo, como tiene mayor fondo este puerto, los buques anclarán más cerca que en Huanchaco, ganándose en esta mejora, mucho tiempo que se pierde en Huanchaco en ir y venir de abordo.
El paradero para las lanchas es bastante bueno, próximo al Morro. La mar boba que reina constantemente en esta costa, es del S.SO pero juzgo que no arbola tanto como en Huanchaco.
El surgidero, o mejor dicho el lugar donde deben de fondear los buques, no tiene abrigo alguno para el mar y el viento, como el de Huanchaco, pero tiene la ventaja sobre ese de poder fondear más cerca, de 3 a 4 cables de tierra en buen agarradero para las anclas.
Los vientos que aquí se experimentan, generalmente son flojos del SE a SS.E durante el día y se inclinan al E. después de la media noche, lo que comúnmente se llama terral.
La sonda desde muy afuera se conserva en 6 a 5 ½ brazas de agua, formando un placer hasta muy cerca de la playa. La calidad de la arena fina, mezclada con lodo, y sólo a 200 piesde la punta se encuentra piedra.
Las observaciones generales que expongo en este informe, se refieren únicamente a la presente estación, porque es probable que en los meses de Mayo, Junio y Julio se experimenten algunas bravezas de consideración como sucede generalmente en toda esta costa norte, en los citados meses.
A pesar de que esta caleta no podrá ser un buen puerto sin emprender en ella obras de alguna consideración, como hemos dicho antes, tiene ésta, ventajas que la hacen actualmente superior a Huanchaco.
Para poder juzgar con acierto sobre la extensión que se debe dar al muelle y demás trabajos que en él se emprendan, sería conveniente presenciar el estado del mar un día de gran braveza, para poder apreciar con exactitud su verdadera fuerza y sitio de rompiente.
Por todos los medios he tratado de obtener de los indígenas de estas inmediaciones, datos seguros sobre el verdadero estado de la tasca en el invierno, y hasta que punto se interna el mal en las grandes mareas; pero nada cierto he podido averiguar, pues las noticias que unos dan, otros las contradicen por ignorancia la mayor parte, sin haber conseguido de ninguno la verdad, de lo que me convenía indagar.
El establecimiento del puerto se verifica a las 3 horas y la marea sube 3 pies.
En vista del plano que tengo el honor de remitirle, podrá Ud. con más acierto, juzgar de las ventajas o desventajas que este lugar puede proporcionar como puerto.
Es cuanto tengo que comunicar a Ud. en cumplimiento de mi deber.
Dios guarde a Ud.M.
Miguel Grau
3.- El Contrato Dreyffus
Como el Tesoro Público estaba en falencia, Balta nombró como Ministro de Hacienda a don Nicolás de Piérola, por recomendaciones del general Rufino Echenique, Presidente de la Cámara de Senadores. Cuando Piérola se presentó ante el Congreso dijo que el Perú se encontraba al borde de un abismo pero que aún no había caído en él. Se vio la inconveniencia de renovar los onerosos contratos con los consignatarios del guano, pero como se requería urgentemente dinero se les volvió a solicitar un préstamo de 10’562.000 pesos a dichos consignatarios. Entonces Piérola entró en tratos con la casa francesa Dreyfus Hermanos y Cía. Estos se habían iniciado en Lima en 1852 con un pequeño capital montando una tienda de telas, que administraban los hermanos Jerónimo, Isidro y Próspero, a los cuales se sumó en 1858 otro hermano más, Augusto, judío de nacimiento que a los 17 años se había convertido al cristianismo y que llegó como socio minoritario, trabajando como dependiente. En 1863 quedan como únicos socios Augusto e Isidro el cual fue reemplazado en 1866 por León Dreyfus. Desde el 5 de julio de ese año principiaron a trabajar en el negocio del guano, se vincularon con grandes capitalistas franceses y se firmó un contrato en París, lugar donde trasladaron la sede del negocio. Por esa época, Augusto tenía 30 años. Rápidamente prosperaron y se volvieron millonarios.
El 5 de julio de 1869, el Perú y los hermanos Dreyfus firmaron el célebre contrato que lleva su nombre. De acuerdo con el contrato, el Perú se comprometía a vender dos millones de toneladas de guano y los Dreyfus se harían cargo de la deuda peruana. Al momento de suscribir el contrato, el Perú recibiría 2’400.000 Libras Esterlinas y le entregarían en forma mensual 700.000 soles hasta marzo de 1871. Dada la fuerte oposición de los consignatarios, recién en noviembre de 1870 pudo aprobar el Congreso el contrato. El Perú pudo vivir espléndidamente, con su ya saneada economía, pero Balta había resuelto llevar adelante un gigantesco plan de construcciones ferroviarias y en 1870 solicita un préstamo de s/. 59’600.000.00 a la casa Dreyfus, que se hizo efectivo en febrero de 1871.
En 1870 Balta había formado una Comisión que integró Grau, para establecer si en la Garita de Moche podía construirse un puerto y habiendo sido el informe favorable, se construyó el puerto de Salaverry que reemplazó al de Huanchaco. Intervino también Grau a favor del Teniente Pera, del “Huáscar” en el juicio militar que se le siguió, contribuyendo a su absolución
Balta creyendo que no había peligro exterior redujo el ejército de 12.000 hombres a sólo 4.500, restableció el sistema el sistema de milicias con el nombre de “Guardia Nacional”, canceló un contrato para la construcción de 12.000 fusiles de acero belgas y mando a desarmar y a vender al monitor “Victoria”, al transporte “Sachaca” y al vapor “Loa” y como antes se habían perdido la “Amazonas” y la “América”, la potencia de la escuadra se resintió
Balta no quedó satisfecho con el dinero que había conseguido y en enero de 1871 volvió hacer una operación financiera en bonos con la casa Dreyfus por 75 millones de soles.
De esa modo Balta en forma criticable agotó la capacidad financiera del Perú y cuando buscó dinero para la defensa no lo encontró.
El 20 de diciembre de 1871, el Cónsul del Perú en Valparaíso coronel Alfonso Salmón, remitió una nota secreta al Presidente Balta, haciéndole conocer que Chile había mandado a construir dos poderosos blindados.
El 14 de febrero de 1872 Balta reúne a su Consejo de Ministros y se acuerda la construcción de dos barcos más poderosos que los chilenos y se encarga al Comandante General de la Marina, capitán de navío Manuel Ferreyros para adquirir dos blindados, dos cañoneras y armamento diverso.. Ferreyros comprobó que en los astilleros ingleses de Hull se estaban construyendo los dos blindados chilenos. La casa Dreyfus se negó a hacer al Perú un nuevo préstamo para adquirir los barcos y las gestiones quedaron paralizadas. De ese modo los judíos franceses pagaron al Perú el haber sido el origen de su fabulosa fortuna. Podemos también decir que allí se jugó el destino futuro del Perú, porque si hubiéramos tenido esos barcos, Chile no nos hubiera declarado la guerra.
Nuestros representantes en Europa, recibieron una oferta del Embajador Turco del Sultán Abdul Hamid II que ofrecía en venta un acorazado que ya estaba terminado en los astilleros Samuda de Londres que ellos no podía pagar, y que tenía 6.000 toneladas, doble hélice, 7.000 H.P., navegaba a 14 nudos por hora, coraza de 7 pulgadas, 4 cañones de 400 libras y 23 cañones de tiro rápido. Es decir, un barco fabulosamente poderoso Al final fue vendido al Imperio Alemán.
4.- La Rebelion de los Gutierrez
El 15 de octubre de 1871 se realizaron las elecciones de los ciudadanos que debían de conformar los colegios electorales, pues se trataba de una elección indirecta. Fue don Manuel Pardo el que logró la mayor cantidad de colegios electorales a su favor, con relación el general Rufino Echenique y Manuel Toribio Ureta que eran los otros contendores En mayo de 1872 se realizó la elección final por los colegios electorales y volvió a ganar Manuel Pardo, El capitán de navío Lizardo Montero resultó elegido senador por Tarapacá. El 13 de julio empezaron a funcionar las Juntas Preparatorias del Congreso.
Hombres fuertes del Gobierno de Balta y que hasta el momento le habían mostrado una lealtad a toda prueba eran el Ministro de Guerra, coronel Tomás Gutiérrez y sus hermanos Silvestre, Marcelino y Marceliano, también coroneles. Ellos consideraban que la llegada de Manuel Pardo al poder sería un desastre para el Perú, y con el propio Presidente Balta prepararon un golpe de estado para desconocer el 22 de julio en la mañana, la elección de Pardo, pero horas más tarde Balta se arrepintió, Fue entonces que el coronel Silvestre Gutiérrez con dos compañías tomó palacio y apresaba a Balta, mientras su hermano Marceliano al frente de un batallón proclamaba en la Plaza de Armas a Tomás Gutiérrez como Jefe Supremo de la República.
El Congreso y el pueblo reaccionaron contra los coroneles rebeldes. Don Manuel Pardo pudo escapar con dificultad y penosamente llegó al Callao y se embarcó en un bote siendo recogido por Miguel Grau que estaba al mando del “Huáscar”, y de allí fue trasladado a la “Independencia”. Grau con su amigo y paisano, el capitán de navío paiteño Camilo Carrillo secundaron al contralmirante paiteño Diego de la Haza que era Comandante General de la Escuadra el que convocó en el barco “Marañón” a una junta de comandantes de la armada tomándose el acuerdo de defender la Constitución y rechazar a los Gutiérrez. Allí Grau les hizo una vehemente exhortación para salvar a la República del abismo al que la habían llevado la ambición de cuatro soldados sin prestigio, humillándola al ensartar las leyes en sus bayonetas.
La escuadra entonces se dirigió a la isla de San Lorenzo donde fondeó. Grau fue comisionado para que recorriera con el “Huáscar” el litoral sur, incitando a los pueblos a defender la legalidad. El 23 de julio de 1872 estando Grau en Islay lanza un manifiesto a la Nación, fijando su posición contra los Gutiérrez y su sometimiento a la Constitución y a las leyes, así como a los poderes legalmente constituidos.
Con Camilo Carrillo, García y García y Ferreyros, que eran también comandantes de barco, Grau partió al Sur para fomentar la resistencia contra los Gutiérrez. En el Callao y en Lima se produjeron pronto los primeros intentos de resistencia y el 26 de julio fue muerto el coronel Silvestre Gutiérrez en un tiroteo. Como reacción los Gutiérrez ordenaron la muerte del Presidente Balta que fue asesinado en su cama. lo cual produjo un alzamiento multitudinario del pueblo y de varias unidades del ejército resultando muertos Marceliano y Tomás, cuyos cuerpos fueron colgados de las torres de la catedral. Marcelino logró escapar y cuando estalló la Guerra con Chile murió heroicamente combatiendo.
La caída y muerte de Balta interrumpió las gestiones de Ferreyros en Europa para adquirir blindados y si bien es cierto más tarde se reanudaron cuando Pardo era Presidente no se puso el mismo interés.
Estando ya don Manuel Pardo en la Presidencia, Grau integra en 1872 la Comisión Consultiva de la Marina, la cual plantea la “regeneración de la escuadra”. Grau reinicia sus viajes de inspección de las costas chilenas y eleva informes a la superioridad sobre sus observaciones. Se percata de la situación de las relaciones de Bolivia y Chile, ya que en el territorio boliviano de Antofagasta la mayor parte de la población estaba constituida por mineros chilenos.
5.- Tratado Secreto con Bolivia
En 1866 casi simultáneamente con la Guerra contra España, Chile pretendía anexarse la extensa región de la Patagonia a lo que se opuso tenazmente Argentina y Chile también pretendía la provincia boliviana de Antofagasta. Para lograr el consentimiento de Bolivia le ofrecía aliarse con ella para arrebatar Tarapacá, Tacna y Arica al Perú y cederlo a Bolivia, a manera de compensación, fijando como nueva frontera chileno boliviana el Paralelo 24, es decir, que mediante simples negociaciones perdía Bolivia la mitad de la Provinciade Antofagasta y, además se dividían entre los dos países los derechos que producían la explotación de guano, salitre y otro minerales.
Pertenecía a Bolivia la Provincia de Antofagasta situada entre los paralelos 19 ° y 26° la que estaba constituía casi enteramente por el inmenso desierto de Antofagasta rico en salitre. Eran puertos de Bolivia, Tocopilla, Cobija, Mejillones, Antofagasta y Taltal. Las salitreras estaban en poder de empresarios y mineros de Chile, siendo los bolivianos menor población. Es decir, que el extenso litoral estaba prácticamente abandonado por Bolivia país que por otra parte carecía totalmente de escuadra. Chile en 1872 pretendía fiscalizar con empleados propios los ingresos de las aduanas de los puertos de Antofagasta. Las relaciones entre los dos países se pusieron tirantes por cuyo motivo el Perú alarmado, envió como disuasivo a Mejillones al “Huáscar” al mando de Grau y el “Chalaco».
Bolivia entonces inició contactos con el Perú, en la búsqueda de lograr una alianza defensiva que inicialmente no interesó al Perú. Fue entonces cuando el Congreso autorizó a Pardo concertar un empréstito para adquirir dos blindados.
Al fin se decidió el 6 de febrero de 1873, la firma de un tratado defensivo entre Perú y Bolivia, rubricado por el Canciller peruano José de la Riva Agüero y el Ministro Plenipotenciario boliviano Juan de la Cruz.
El tratado firmado en Lima tenía 11 Artículos y uno adicional más. Empezaba diciendo:
“Las Repúblicas de Bolivia y del Perú, deseosas de estrechar de una manera solemne los vínculos que las unen, aumentando así su fuerza y garantizándose recíprocamente ciertos derechos, estipulan el presente tratado de alianza defensiva; con cuyo objeto el Presidente de Bolivia ha conferido facultades bastantes para tal negociación, a Juan de la Cruz Benavente, enviado especial y ministro plenipotenciario en el Perú, y el Presidente del Perú a José de la Riva Agüero ministro de relaciones exteriores, quienes han convenido en las estipulaciones siguientes:”
“Artículo I.- Las altas partes contratantes se unen y ligan para garantizar mutuamente su independencia, su soberanía y la integridad de sus territorios respectivos, obligándose en los términos del presente tratado a defenderse de toda agresión exterior, bien sea de otro o de otros estados independientes, o de fuerza sin bandera que no obedezcan a ningún poder reconocido.
“Artículo II.- La alianza se hará efectiva para conservar los derechos expresados en el artículo anterior y especialmente en los casos de ofensa que consistan:”
1ro– En actos dirigidos a privar a alguna de las altas partes contratantes, de una porción de su territorio, con ánimo de apropiarse su dominio o de cederlo a otra potencia.
2do. En actos dirigidos a someter a alguna de las altas partes contratantes, a protectorado, o venta o cesión de territorio, o a establecer sobre ella cualquier superioridad, derecho o preeminencia que menoscaben u ofendan el ejercicio amplio y completo de su soberanía o independencia.
3ro. En actos dirigidos a anular o variar la forma de gobierno, la constitución política o las leyes que las altas partes contratantes se han dado o se dieren en ejercicio de su soberanía.”
En el Artículo III, se estipulaba que cada una de las partes, podría decidir si la ofensa recibida estaba dentro de lo estipulado en el artículo anterior.
En el Artículo IV, se establecía que declarado el “ casus faederis” las partes contratantes se comprometían a cortar relaciones diplomáticas y comerciales con el país ofensor
En el Artículo V, se señalaba que dada la situación anterior se determinarían los subsidios, contingentes de fuerzas terrestres y marítimas, o los auxilios de cualquier clase que se darían a la república ofendida o agredida.
En el Artículo VI, se estipulaba que las partes contratantes se obligaban a suministrar a la parte ofendida los medios de defensa necesarios.
En el Artículo VII, se establecía que declarado el casus faederis, la parte ofendida no podía separadamente firmar convenios de paz, tregua o armisticio, sin la concurrencia del aliado.
En el Artículo VIII, disponía que las partes contratantes se obligaban a usar todos los medios conciliatorios posibles para evitar un rompimiento o la guerra. A no aceptar de ninguna nación o gobierno, protectorado o superioridad que menoscaben su independencia, ni enajenar parte de su territorio. A no concertar tratados de límites, sin conocimiento previo de la otra parte contratante. También se establecía que las estipulaciones del tratado no se extienden a actos practicados por partidos políticos.
En el Artículo X, expresaba que las partes contratantes, solicitarían, separada o colectivamente por acuerdo posterior, la adhesión de otro u otros estados americanos al tratado de alianza defensiva.
En el Artículo XI, se señalaba que el tratado se canjearía en Lima o en La Paz, v cuando tuviera su perfección constitucional. Su duración sería por tiempo indefinido y cada parte podrá darlo por terminado cuando lo crea conveniente y previa notificación de cuatro meses..
El Artículo Adicional, decía: “El presente tratado de alianza defensiva entre Bolivia y el Perú, se conservará secreto mientras las dos altas partes contratantes, de común acuerdo no estimen necesaria su publicación”
Este fue el tratado que sirvió de pretexto a Chile para declarar la guerra al Perú, alegando que era en su contra. Los problemas eran entre Chile y Bolivia pero fue el Perú el que llevó a cabo toda la campaña marítima con Grau, y luego siguió cargando con todo el peso de la guerra, mientras Bolivia tras intervenir en las primeras batallas terrestres y perder su litoral, ya dejó de intervenir y su territorio no fue invadido.
El tratado se firmó durante el gobierno de don Manuel Pardo, época en que Grau es ascendido a capitán de navío efectivo, el 23 de abril de 1873.
Durante seis meses, es decir, entre el 10 de junio de 1874 y el 20 de enero de 1875 se desempeña como Comandante de la Escuadra de Evoluciones. Con gran contrariedad de Grau, la marina sufre durante el gobierno de Pardo un proceso de estancamiento, lo cual obligó a varios jefes y oficiales a solicitar su retiro porque “Ahora nada hay que hacer”. Muchas naves de guerra fueron apontonadas, y su inactividad perjudicó las calderas aun en barcos relativamente nuevos.
No se hizo funcionar ni piezas vitales de los barcos, ni sus cañones, en forma tal que se oxidaron. Grau emite continuos informes sobre la situación y el progreso naval de Chile y pide que se preste atención a la marina y se modernice y se de mayor potencia a la escuadra, pero dada nuestra grave situación económica, la atención estaba puesta en otros problemas y además, se dormía con la seguridad que se creía ver en tratados ajustados con Bolivia y Argentina.. Pero Grau seguía insistiendo, en la adquisición de granadas perforantes y de mayor blindaje para los barcos.
6.- Muere la Madre de Grau
Hacía bastante tiempo que doña Luisa Seminario Del Castillo de Díaz vivía en Lima. A fines de 1873 sintiéndose bastante mal de salud decidió hacer su testamento, el cual fue redactado en la forma siguiente:
“En Lima, a las cuatro de la tarde del día cinco de Diciembre de mil ochocientos setenta y tres me constituí en la casa número sesenta y cinco de la calle del Quemado a donde fui llamado para hacer el testamento de la Señora Doña Luisa Seminario, que se hallaba algo enferma pero levantada y en el pleno ejercicio de sus facultades intelectuales según la conocen que con ella han tratado y estando presentes como testigos, llamados por ella misma, Don Isaac Meyer, Don Manuel Morote y don Louis Scoklaske, vecinos de esta capital, mayores de edad, procedió en presencia de ellos a otorgar su expresado testamento en la forma siguiente: Declara que es de edad sesenta y tres años, natural de Piura, hija legítima de don Fernando Seminario y de Doña María Joaquín del Castillo son padres ya finados que de Dios gocen. Declara que es cristiana, Católica Apostólica, Romana, bajo de cuya fe y creencias ha vivido y protesta vivir y morir. Manda a la Nueva Restauración, lo dispuesto por ley y para (ilegible) de la vez. Declaró que fue casada con don Pío Díaz de cuyo matrimonio tuvo tres hijos, de los cuales viven nombrados don Roberto y don Emilio Díaz y la tercera que falleció casada, pero sin sucesión, nombrada Balbina, los declaró a los dos por sus legítimos hijos y del expresado marido.
Declara que no tiene hijos naturales de ninguna clase. Declara por sus bienes los siguientes, treinta y un mil pesos en dinero en poder de su hijo don Emilio Díaz a intereses según documento. Dos mil pesos en poder de don Alfredo Mendiola. Una casa en Piura, valor seis mil pesos más o menos. Cinco mil pesos en vales de la nueva Deuda Consolidada. Tres mil pesos en el Empréstito Nacional Dreyffus, Mil pesos en acciones en el Dique del Callao. Quinientos treinta y ocho pesos en poder de don Fernando Salas por principal e intereses. Trescientos pesos en poder de doña Vicenta Navarrete, según pagaré y Cien pesos en poder de Peta Fascoli.
Finalmente ocho mil pesos en dinero efectivo, cuyos ocho mil pesos los lega a la Señora Doña Joaquín Díaz para que se los entreguen, luego que esté expedita, pues por ahora aunque tiene treinta años de edad se halla enferma e incapaz de manejarlos y en caso que muera en ese estado, los ocho mil pesos pasarán a sus herederos legales, que son mis indicados hijos y si se casa se le entregarán para que disponga de ellos como quiera. Declara que lega a las personas siguientes, las cantidades que a cada una señala. A doña Ana Grau, tres mil pesos, a Doña Dolores Grau dos mil quinientos pesos, a Doña Mercedes Elizalde dos mil quinientos pesos, a su nieta doña Corina Díaz mil pesos. Cien pesos a Marina Pintado, cincuenta pesos a Ángela Ruesta y cincuenta pesos para pobres. . Nombra de albaceas a sus dos legítimos hijos, Don Roberto y don Emilio Díaz, confiándoles el poder necesario para el desempeño de estos cargos, nombrándolos también guardadores de doña Joaquina Díaz, dándoles las facultades que la ley acuerda para el desempeño del cargo. Que el remanente de su bienes, acciones y futuras adiciones…………………………a sus legítimos hijos Don Roberto y don Emilio Díaz, para lo que así sea lo gocen por iguales partes con la bendición de Dios y de la otorgante. Revoca otro cualquiera testamento que antes que éste haya otorgado, para que ninguno valga sobre el presente.
Yo, el escribano declaro que las presentes cláusulas han sido dictadas por las testadora y escritas de mi puño y letra en presencia de los testigos………..certificando todo el testamento, habiéndolo leído los señores designados por ella, la que firmó con dichos testigos, de que también doy fe. Están conformes sus indicados hijos, vale.”
Firmaron como testigos, Manuel Morote, Isaac Meyer, Louis Sokolaske y el escribano Félix Sotomayor.
Doña Luisa murió casi cuatro meses más tarde, habiendo sido asentada su partida de defunción en la Parroquia del Sagrario en el Libro de Defunciones N° 19 de 1872-77 folio 177, con el tenor siguiente:
“En la ciudad de Lima en veinte y dos de marzo de mil ochocientos setenta y cuatro. En la Iglesia del Convento de la Merced sé excequió con cruz alta el cadáver de doña Luisa Seminario, natural de Piura, viuda, deja dos hijos, testó ante el escribano público Sotomayor. Falleció, de cáncer a la edad de sesenta y tres años y dicho cadáver fue conducido al Cementerio General, de que certifico (firma) José Santos Chávez, Cura Rector.”
En “El Victorial” de Miguel Grau, de la historiadora Ella Dunbar Temple se ha ocupado de los funerales de doña Luisa. Dice que las exequias se celebraron en la Iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes a las 7.30 del día 22 habiéndose publicado en el periódico limeño “Patria” la invitación suscrita por sus hijos Roberto y Emilio y su sobrino Fernando Vega. El agradecimiento se hizo el lunes 23 de marzo en “El Comercio” y otros diarios.. Los restos fueron inhumados en el Cementerio Presbítero Maestro, en el Cuartel San Pedro Nolasco, Nicho 106-D.- En la lápida de mármol con la luna actualmente rota (1999), está escrito el siguiente epitafio: “Luisa Seminario de Díaz. Falleció el 22 de marzo de 1874”
Como se puede observar, al manifestar en su testamento de diciembre de 1873 tener 63 años, lo que hace suponer que nació en 1810.
Como lo había hecho toda la vida, siguió negando la existencia de los hijos naturales Grau Seminario y Elizalde Seminario y ni siquiera considera a Joaquina, la última de sus hijas tenida en su legitimo esposo el capitán Pío Díaz cuando éste retornó de Colombia a Piura. El testamento prueba que doña Luisa era una persona muy rica, tanto es así que había prestado a su hijo Emilio, nada menos que 30.000 pesos lo que era una verdadera fortuna. A sus dos hijas Grau Seminario y a Mercedes Elizalde, no las reconoce como hijas, pero les deja legados. El capitán de navío y Comandante del “Huáscar” de entonces, no es mencionado. Su hijo Enrique, marino y el primero de los Grau Seminario había muerto desde 1857 en un accidente.
Grau por entonces estaba al mando del “Huáscar”, que se encontraba surto en el Callao. Dada la sensibilidad del marino, el deceso de doña Luisa tuvo que haberle causado gran sentimiento, por que después de todo era su madre. Poco después es nombrado Jefe de la Escuadra de Evoluciones. Con tal fin, el 12 de junio, el Comandante General de la Marina, se dirige al Ministro de Guerra y Marina, haciéndole conocer tal designación, y que Grau en esa fecha estaba cambiando su insignia de Comandante del “Huáscar”, asumiendo el mando de la citada escuadra.
7.- La rebelión de Pierola
Estando en Chile, Nicolás de Piérola, ( ex ministro de Balta), tomó algunos contactos con personajes que deseaban dar un golpe contra el Presidente Pardo. Se trasladó entonces Piérola a Inglaterra y allí por intermedio de terceras personas adquirió de la casa Orme y Cía el barco “Talismán” por 60.000 soles. Del puerto de Glasgow y con Piérola a bordo partió el “Talismán” conduciendo 3.000 rifles, 100 revólveres, 200 monturas, 60 barriles de pólvora y municiones. Los oficiales y soldados eran británicos y se enarboló la bandera de esa nación. Al llegar a las costas de Chile, enroló Piérola a 48 hombres. Salió rumbo al norte en octubre de 1874 y navegó hasta Pacasmayo donde intentó descargar parte del armamento, pero no fue recibido por nadie y antes bien, el capitán del barco fue apresado en tierra.
En esas condiciones y con poco agua y poco carbón, se reembarcó en el “Talismán”, se proclamó Jefe Supremo de la República y se dirigió a Pacocha (cerca de Ilo), donde desembarcó el 1° de noviembre, sorprendiendo a la pequeña guarnición que estaba en el teatro. El Gobierno que estaba al tanto de las correrías del “Talismán” lo declaró barco pirata y envió a Grau con el “Huáscar” en su búsqueda y el monitor hizo su aparición en Pacocha en la madrugada siguiente en momentos en que el “Talismán” se encontraba acoderado en el muelle haciendo la descarga de armamento Para Grau fue cosa fácil la captura del “Talismán”, pero para Piérola fue una catástrofe, pues no sólo le cortaba la retirada, sino que perdía todo el armamento. En forma desesperada Piérola retrocedió hasta Moquegua a la que capturó el 3 de diciembre, aumentando su gente a 100 hombres y luego a 300, El capitán de navío Lizardo Montero y el coronel Belisario Suárez que estaban en Puno, marcharon para cortar la retirada a Piérola y lo derrotaron en el sitio llamado Los Ángeles, el 6 de diciembre de 1874. Después Piérola se refugia en Bolivia. Piérola no perdonó nunca a Montero que lo hubiera derrotado, y esa fue la causa de la animadversión que le tenía.
Cuando en Europa se encontraba el capitán de navío Manuel Ferreyros como Enviado Especial, para adquirir barcos, informó que Chile había ordenado la construcción de dos grandes blindados por tres millones de pesos. Fue entonces cuando la Casa Dreyffus no quiso adelantar el dinero al Perú para adquisiciones navales. El Gabinete de Pardo estaba dividido en cuanto a opiniones, así mientras el Ministro de Gobierno Francisco Rosas decía que había que armarse ante la amenaza chilena, el Canciller Riva Agüero opinaba que las relaciones peruano chilenas eran óptimas, Fue entonces que el Senador por Piura Lizardo Montero planteó una interpelación secreta al Ministro de Guerra que era el huancabambino general Miguel Medina. La Cámara dio una autorización secreta al gobierno para abrir un crédito hasta por cuatro millones de soles para la construcción de blindados.
Cuando años más tarde el Presidente Mariano Ignacio, se encontraba en Nueva York en Diciembre de 1879 y Piérola se había apoderado del poder en plena guerra con Chile, dijo que el Gobierno Peruano había tenido que tomar buena parte de 4’ 000.000.00 de pesos para sofocar la revolución de Piérola, los que originalmente estaban destinados a la compra de dos blindados.
8.- Diputado por Paita
Don Miguel Grau Seminario, en la foto aparece vestido de civil, probablemente en la época que concurría al congreso
En 1876 debía efectuarse la renovación de los Poderes del Estado, pero ya desde el 31 de enero de 1875 cuando gobernaba el Perú don Manuel Pardo, un grupo de ciudadanos lanzó la candidatura Presidencial del general Mariano Ignacio Prado. El 30 de marzo del mismo año fue lanzada la candidatura del ya contralmirante Lizardo Montero, muy vinculado al Presidente Pardo. Era llevado por lo que llamaríamos el ala izquierda del Partido Civil y grupos juveniles, pero no contó con el respaldo del Presidente Pardo, ni de los grupos conservadores y mayoritarios del Partido Civil que se alarmaron por la oratoria liberal de Montero y le restó partidarios en el sector clerical.
Las elecciones primarias efectuadas en octubre de 1875 se caracterizaron por ser en Lima muy violentas. El 7 de mayo se realizaron los actos definitivos electorales y no obstante que Prado había viajado a Europa por motivos de salud, logró un amplio triunfo.. Como Primer Vicepresidente fue elegido el anciano general Luis La Puerta.
Por permitirlo la Constitución, también los candidatos a la Presidencia podían postular una senaduría y fue así como el contralmirante Lizardo Montero postuló por Piura y ganó. Los otros dos senadores fueron Pablo Seminario y Luis Felipe Villarán que después fue reemplazado por don Manuel Seminario y Váscones que en su juventud había sido montonero,
Paita, fue el puerto donde Grau aprendió amar al mar y fueron los paiteños los que con mucho afecto le ofrecieron la postulación para que los representara. Grau aceptó y contó con el apoyo del Partido Civil de Pardo. Los otros diputados fueron Ignacio García León por la provincia de Piura, el coronel Romualdo Rodríguez, el huancabambino Dr. Ricardo Wenceslao Espinosa, el Dr. Víctor Eguiguren, el periodista Julio Santiago Hernández, Manuel Raygada, el ayabaquino Manuel Castro y el pedagogo Emilio Espinosa.
En la Cámara de Diputados salió elegido Presidente el paiteño capitán de navío Camilo Carrillo diputado por Bajo Amazonas, para Primer Vicepresidente Wenceslao Espinosa y como uno de los secretarios el Dr. Víctor Eguiguren- Cuando se iba a elegir al Presidente de la Cámara de Diputados el capitán de navío Carrillo votó por Grau. Cuando se hizo la elección del 1er. Vicepresidente, Wenceslao Espinosa votó también por Grau.
Grau fue elegido como diputado suplente, pero en Junio de 1876 fue llamado para ocupar en propiedad una curul, por lo cual el 5 de ese mes envía la siguiente comunicación:
Comandancia del “Huáscar”
Al ancla, Callao, Agosto, 5 de 1876.
Señor Capitán de Navío
Mayor de ordenes del Departamento.
Habiendo sido calificado el día de ayer como Diputado propietario por la provincia de Paita y debiendo ocupar un asiento en las Cámaras, le aviso a U.S. para que, por el digno intermedio del señor Comandante General de Marina, llegue a conocimiento del Supremo Gobierno, a fin de que se me conceda la licencia respectiva, mientras duren los trabajos parlamentarios.
Dios guarde a U.S.
Miguel Grau
Fue así como Grau dejó el comando del “Huáscar” y desde el día siguiente asiste al Congreso. En el periódico “Patria” vocero del pierolismo, sus enemigos políticos en la columna “A Granel” que estaba a cargo del periodista Lucas Jaime, decía: “ Ayer se aprobó la elección del Señor Capitán de Navío don Miguel Grau, diputado por Paita. Representantes como Grau llenos de noble entrega y dignidad jamás desmentidas, serán un refuerzo honroso para la Cámara que necesita de hombres independientes. Le enviamos nuestras felicitaciones tan sinceras como espontáneas.”
El 4 de agosto se aprueba en la Cámara de Diputados el dictamen de la Comisión de Poderes, que reconoce y califica sus credenciales como Diputado por Paita. Al día siguiente, Grau informa por el Oficial Mayor de Ordenes del Departamento, que va a ocupar su curul en el seno de la Cámara de Diputados, solicitando la respectiva licencia. En este mismo día se juramenta solemnemente en su Cámara y pasa a integrar la Comisión de Marina.
Seis meses duraron las sesiones legislativas. Durante ese período presenta un proyecto para reglamentar los ascensos navales. Otro para la reorganización del Ministerio de Guerra y Marina. Proyecto para ampliar el tiempo de debates, con dos sesiones nocturnas más, lo que mereció unánime aprobación
El historiador Raúl Porras Barrenechea, en su “ Elogio a Grau”, dirá:
«…………en el desempeño de su función legislativa exhibirá la misma sobriedad de gesto y de alma que en la milicia. Habla pocas veces diciendo que no conoce los usos parlamentarios y apoya gastos de magnanimidad y filantropía».
El 29 de setiembre de 1876 el Ministerio de Marina solicita al Congreso que concedan licencia a Grau a fin de que pueda integrar el Consejo de Guerra para juzgar al capitán de corbeta Elías Aguirre. El Congreso accede el 3 de octubre. Aguirre había sido comandante de la cañonera “Chanchamayo” que naufragó cuando navegaba el 13 de julio frente a Punta Aguja (Sechura). Era la “Chanchamayo” una cañonera de 600 toneladas construida en 1872, que tenía 2 cañones de 70, 4 de 40 y 4 de 12. Grau pudo darse cuenta que Elías Aguirre era un buen marino, pero no pudo evitar su separación del servicio. Cuando Chile declaró la guerra al Perú, Elías Aguirre solicitó su reingreso al servicio y fue destinado a la “Unión”. Cuando en julio de 1879 el capitán de fragata, el paiteño Ezequiel Otoya que era 2do de Grau en el “Huáscar” pasó a otra colocación, Miguel Grau solicitó que Aguirre fuera trasladado al monitor como segundo comandante y cuando se produjo el combate de Angamos el 8 de Octubre de ese año, Aguirre murió heroicamente junto a Grau..
Cuando la legislatura finalizó y las Cámaras entraron en receso, en febrero de 1877. Grau solicitó el 5 de ese mes, se le concediera dos meses de licencia para viajar a Chile y repatriar los resto de su padre don Juan Manuel Grau. En el vapor inglés “Eten” se embarca con su hijo Miguel Gregorio, el segundo que tenía y sólo contaba 8 años y al cual perdería en un fatal accidente producido en Valparaíso. En la rada de ese puerto pudo contemplar a los poderosos blindados “Cochrane” y “Blanco Encalada” y admitir con alarma que Chile ya contaba con superioridad naval. Al retornar al Perú hizo un detallado informe al gobierno y lo urgió para la adquisición de nuevos y poderosos barcos. Grau visitó en el balneario chileno de Cauquenes, al ex Presidente don Manuel Pardo que se había expatriado voluntariamente.
El 6 de mayo de 1877 el Oficial de Guardia, Bernabé Carrasco y otros oficiales del “Huáscar” se apoderaron del barco y abandonaron las aguas del Callao. Dos días más tarde el Presidente Prado dictó un decreto en el que sin mencionarlo, lo declaraba pirata, lo cual no fue bien visto aun entre los que condenaban ese golpe. Los rebeldes, poco después proclamaron Jefe Supremo a Nicolás de Piérola que se encontraba en Chile. Y se dirigieron al sur para embarcar a su caudillo. Estando ya a bordo, Piérola cometió el error de interceptar en forma sucesiva a 4 barcos comerciales ingleses para sustraer la correspondencia oficial peruana y aprovisionarse de carbón. Esto y el hecho de haber en el “Huáscar” marinos británicos, movió al Almirante inglés A.M. Horsey comandante de una flota de esa nacionalidad que se encontraba en el Callao, a enviar al “Huáscar” un ultimátum, lo cual fue respondido enérgicamente el 22 de mayo, por el capitán Astete que se encontraba al mando del buque en el puerto boliviano de Cobija. El 29 de mayo frente a Pacocha, el “Huáscar” se encontró con la fragata “Shah” y la Corbeta “Amethist”, inglesas, que intimaron rendición a Piérola, lo que fue rechazado con energía. Durante 3 horas y 25 minutos combatieron los tres barcos. Al caer la noche el barco peruano se libró del cerco y se dirigió a Iquique en donde se encontraba la escuadra peruana al mando del capitan Juan More y se rindió tras lograr la promesa de que su tripulación no sería hostilizada.
A Grau causó gran impresión la rebelión del “Huáscar” y fue contrario a la alteración del orden público sin causal valedera, pero no aprobó la autorización dada por el Presidente Prado para que cualquier nave de guerra extranjera lo atacase, porque eso significaba poner en riesgo el poderío naval del Perú, ya en inferioridad de poder con respecto a Chile.
Estando desempeñando Grau el cargo de Diputado, el 30 de enero es informado que un fuerte maretazo se había producido en el Callao y que el “Huáscar” corría el riesgo de ser varado. Siendo las doce de la noche, partió al puerto y asumió el mando del monitor, donde permanece hasta las cinco de la mañana siguiente, logrando poner a salvo el barco.
El 16 de noviembre de 1878 fue asesinado en pleno Senado el ex presidente don Manuel Pardo, que a la sazón era Presidente del Senado. Pardo había sido fundador y jefe del Partido Civil al cual también pertenecía Grau, el que era su amigo muy distinguido. Desde 1877 Pardo se había expatriado voluntariamente en Chile, pero a pesar de todo, cuando se realizaron las elecciones parlamentarias de ese año fue candidato a Senador por Junín llevado por el Partido Civil, previa consulta que éste hizo a Grau. Al resultar Pardo elegido decidió retornar al Perú, llegando al Callao el 2 de setiembre de 1877, no obstante que personas amigas y entre ellas Grau le habían recomendado no hacerlo porque había un clima político muy tenso. Al producirse su asesinato, Grau fue designado por su Cámara para que fuera uno de los Diputados que conduciría el féretro en el trayecto de la Iglesia de Santo Domingo a la Catedral.
9.- La Memoria del 2 de enero de 1878
El capitán de navío, Miguel Grau, fue nombrado Comandante General de la Marina el 30 de mayo de 1877 y al juramentarse ofreció hacer un informe sobre el estado general en que se encontraban los barcos y de la marina en general. El Comandante de la Marina, elevaba a sus superiores, el 2 de enero de 1878, una Memoria, en la que decía entre otras cosas, lo siguiente: “ De algún tiempo atrás la marina no ha hecho adelanto material alguno, a excepción del aumento que ha recibido con el transporte “Limeña”, lejos de esto, su importancia ha desmerecido mucho, pues siendo nuestros principales buques construidos en una época en que el blindaje y gruesa artillería hacían sus primeros ensayos, ya han quedado muy atrás de las poderosas naves de guerra que se construyen en el día. Esta novedad que se ha hecho una necesidad imperiosa en todas las naciones, proporcionalmente a sus exigencias, me hace llamar la preferente atención de Vuestra Excelencia que tanto conoce cuanto afianza una buena escuadra, los intereses, la tranquilidad y la soberanía de la nación.
Demasiado conozco la aflictiva situación de nuestro erario, sin embargo, en atención a las consideraciones expuestas, creo de mí deber reclamar la prestigiosa influencia de Vuestra Excelencia, para reforzar nuestra escuadra con los buques que según su ilustrada opinión sean necesarios.
Haciendo a V.E. el anterior pedido, justo y conveniente es que opine sobre la supresión de los buques que por su poca marcha, o por su estado de deterioro o inutilidad, sólo aumentan los gastos de la escuadra sin provecho y con detrimento de la conservación de los demás buques”
Era Ministro de Guerra y Marina el General Pedro Bustamante, el cual acompañando a la Memoria una información suya, la envió al Congreso el 28 de julio de 1878. La Cámara de Diputados, tomó conocimiento de ella en sesión del 11 de setiembre del mismo año y acordó acuse de recibo y su pase al archivo y nada más. Es decir que todos los hombres públicos estaban ciegos
En la sesión de la Cámara de Diputados del 11 de noviembre de 1912, el diputado Rafael Grau Cabero, dijo: “ Aunque sea algo personal, por referirse a mi progenitor, voy a mencionar un caso en que dos tenían la razón contra muchos que no la tuvieron.. Cuando se discutió en el Perú la rescisión del contrato de los acorazados, que debía adquirir el país se nombró una Comisión de marinos y sólo mi padre (Miguel Grau) y el padre de mi Honorable compañero Señor Carreño ( Cap. Navío José Rosendo Carreño) sostuvieron que debía de llevarse a cabo dicho contrato, costare lo que costare.” El Presidente Manuel Pardo no era partidario de adquisiciones navales y cuando se le dijo que comprase acorazados manifestó que el Perú tenía dos, llamados Bolivia y Argentina, aludiendo, al apoyo que tenía de esos dos países.
Carta a su hermano materno Roberto
Pocos dias antes de su muerte, Grau escribió a suherano mayor, el coronel José Anselmo Roberto Díaz Seminario, una carta desde Arica.
Anselmo era 8 años mayor y en Lima tuvo tratos frecuentes con Miguel. Lo mismo sucedía con su otro hermano Emilio Díaz Seminario que era marino.
Arica, 4 de setiembre de 1879.
Señor Roberto Díaz .-Lima
Querido hermano:
Estoy esperando noticias tuyas en vísperas de salir para sorprender al enemigo.No puedo todavía comprender las divisiones políticas, que se están produciendo en Lima y que no dejan trabajar al Preidente Prado en la defensa nacional ¿Hasta cuándo seguirá Piérola pretendiendo el Gobierno?
Yo cumplo con mi deber en cualquier circunstancia, siguiendo las instrucciones patrióticas del Presidente Prado y su apoyo decidido a mis iniciativas.
Espero noticias tuyas y de los nuestros. No sabes el gusto que me da leer tus cartas.Te abraza con todo cariño , tu hermano que te recuerda mucho. Miguel Grau.
Cartas con Alcalde de Paita
Con la Municipalidad de Paita, Grau tuvo alguna comunicación y allí se guarda como reliquia una carta del héroe de fecha 18 de abril de 1879, cuando la guerra acababa de estallar. El documento escrito con una bonita letra inglesa, decía lo siguiente;
Señor Alcalde de la Provincia de Paita.
Es en mi poder el estimable oficio de Ud. de fecha 7 del actual en el que me adjunta un expediente que el Honorable Consejo de esa provincia, tan dignamente presidido por Ud., sea puesto bajo mi égida, para que por mi influencia sea prontamente despachado por el Ministerio de Hacienda
Altamente interesado por todo lo que se refiera a esa provincia y penetrado de la justicia del reclamo, crea Ud. que no omitiré medio alguno para conseguir sea despachado favorablemente, ya que a pesar de mis múltiplicadas atenciones me ocuparé de preferencia en este asunto, para que sea prontamente resuelto..
Sírvase Ud. manifestar mi agradecimiento al Honorable Concejo que preside, por el hermoso concepto que de mí se tiene y que trataré de corresponder a él, siempre que en algo pueda ser útil a los intereses de esa comunidad, cuyo bien es mi mayor anhelo.
Sírvase Ud. Señor Alcalde aceptar los sentimientos de mi más distinguida consideración.
Dios Guarde a Ud.
Miguel Grau
Después de febrero de 1877 estuvo por algunos días como Agregado al Departamento de Marina. En mayo del mismo año, se le nombró Comandante General de la Marina. que fue cuando elevó su Memoria al Ministro de Guerra y Marina. El 7 de marzo de 1879 fue nombrado Vocal de la Junta Revisora de Ordenanzas Navales, cargo en el que estuvo poco tiempo por haber Chile declarado la Guerra al Perú en Abril.
El hombre
En 1879, faltaba poco para que Grau cumpliera 45 años, es decir, que estaba en la plenitud de la vida.
Sobre el dice el historiador Raúl Porras Barrenechea, que era de buena estatura, ancho y macizo con una osamenta vigorosa, de fuerte caja torácica y caderas robustas, los ojos verdes y melancólicos, bajo el arca negro de las cejas y el rostro cetrino, curtido por los vientos marinos y circundado por la pelambre negra de las patillas a la moda española de la época. Esta figura noble y bondadosa, cobijada tras de un haz compacto de músculos y tendones, cuya voz delgada no respondía a su enérgica complexión realizaba el ideal masculino de la fuerza de los héroes homéricos.
A su vez, la historiadora Ella Dunbar Temple, en «El Victorial de Grau», expresaba que Grau fue un hombre varonil y de recia apostura y la descripción de su persona podía semejar la de un atleta antiguo: macizo, robusto y muy fuerte, de más alto que mediano porte, ancho de espaldas y de elevado pecho; y de un andar decidido con el típico balanceo del marino. Su cabello, bigotes y tupidas patillas a la española, que adoptó ya en su madurez, eran muy negros y enmarcaban un rostro curtido por los vientos y soles de todo los mares. Libre quedaba el mentón, fuerte, recio y a lo que parece de partida barbilla. La frente alta y despejada como preñada de inquietudes y cuidados, las orejas grandes y enhiestas, la nariz de trazo recto regular, las cejas negras y unidas y los labios firmes de raro sonreír, conformaban una fisonomía leal, bondadosa y a la par recia, de rasgos severos y masculinos.
En ese conjunto, de líneas tan enteras, se imponen los ojos de mirada penetrante, serena y dulce, a los que se atribuye un color verde oscuro sombreados o velados por intima melancolía y de los cuales parecía escapársele el alma, a las regiones imprecisas del ensueño. El sólito contraste con éstas condiciones físicas, de tan definida y probada varonía, era su voz reposada, la cual según testigos primarios, tenía un timbre delgado y en ocasiones atiplado. Era Grau de natural elegancia, cuidadoso en el vestir y que no dejaba de apostarse. Los que lo trataron en sociedad memoran su buen trato, su delicadeza y sus finos modales, propios de su señoría espiritual, a los que se adunaba un buen sentido de la prudencia. Su carácter se señalaba por la sobriedad, decoro y gran naturalidad de todos sus gestos y actitudes. Acostumbrado a las largas soledades de los mares, se trasluce su ideal de vida silente, serena y austera a la cual no era ajena su generosa solidaridad humana. Con igualdad de genio, parco y lento en el hablar, severo, poco expansivo y a menudo taciturno, no era hombre de discursos y sus palabras fluían a largos intervalos; y esa extrema combinación de fuerza con el sentimiento de melancolía que le era característico, suministra posiblemente el mejor enfoque de sus más alquitranadas esencias. Otra parte y grande, resultaba de sus calidades morales y espirituales. Su gran sensibilidad se revela en el afecto a sus hijos, a los niños y a todos los que de él dependían; y fueron proverbiales su lealtad, gran caballerosidad, entereza a toda prueba, nobleza y energía de ánimo. Hombre íntegro de su propia inclinación no quería entender salvo en cosas justas y rectas, no cuidaba de vanidades ni ambiciones y sólo se proyectaba al cumplimiento del deber, en el cual era inflexible consigo mismo y con los demás. Como era un paradigma, su honradez y la honestidad inmaculada de su vida pública y privada, en tiempos de menguados valores muy diversos, su oficialidad y tripulación acataban el rigor de su disciplina y supo inspirarles cariñoso respeto, confianza y entusiasmo en la guerra y en la paz.
Como la más pura flor de sus virtudes trascendía la resignación que le permitía afrontar frío e inmutable, todas las situaciones de su azarosa existencia. Su muerte es el mejor ejemplo de esa condición suya, la acató con plena conciencia, porque se sabía atado a su propia leyenda y ya no tenía vida ni destino propios.
Grau era un ferviente católico, era muy devoto de Santa Rosa de Lima y oía Misa todos los domingos con su esposa e hijos en la Iglesia de la Merced. A invitación de su amigo el médico del «Huáscar» Santiago Távara Renovales, ingresó a la logia masónica del Callao Cruz Austral Nª 12, al mismo tiempo que su camarada y paisano el contralmirante Lizardo Montero. Posteriormente se asoció a la Logia “Virtud y «Unión»” Nª 3. Grau llegó a conocer a su esposa, precisamente por que desde jóvenes, ambos concurrían a esa Iglesia.
10.- La casa de Grau en Lima
Grau vivió en la casa de la calle Lezcano 22 en Lima, que en el año 2.000 era N° 172.la misma que era propiedad de don José de la Riva Agüero y Osma, al cual abonaba 22 soles con 50 centavos al mes y tenía una entrada general, pues era un edificio en el que vivían tres familias: la de Grau, la modista Sofía Ley y la Vda. María Teresa del Valle. En esa casa en la actualidad funciona en los altos un museo, pero en realidad la familia Grau Cabero ocupó la mayor parte de los altos y de los bajos. En esa casa vivió con su esposa, sus diez hijos y su hermana Ana Joaquina que falleció en julio de 1880. . Posteriormente la casa perteneció a la Universidad Católica y el 8 de octubre de 1973 el Concejo Provincial de Lima le colocó una placa. El 27 de julio de 1984, al cumplirse el sesquicentenario del nacimiento del héroe, el Rector de la Universidad Católica don José Tola Pasquel, suscribió un convenio con el Ministerio de Marina, representado por el Vicealmirante Antonio Forcelledo, para convertir la casa en Museo.
El personal de servicio de Grau estaba constituido por el fiel cocinero chino llamado Felipe, por la anciana zamba Veneración que estaba al cuidado de los niños y por la empleada Casimira. La casa estaba construida con paredes de quincha de cañas de Guayaquil, piso de madera, puertas con perillas de porcelana, mamparas con vidrios de muselina. El único lujo que tenía era un hermoso espejo con marco de pan de oro, que fue regalo de su suegra doña Luisa Núñez de Cabero, con motivo de uno de sus cumpleaños. La familia Grau Cabero no tenía piano, ni coche tirado por caballos. No obstante era miembro del Directorio del Partido Civil.
La casa fue restaurada en 1983 al cumplirse el sesquicentenario del nacimiento del héroe, por el arquitecto Alfonso Estremadoyro, restaurador también de la Casa de Grau en Piura y de la casa donde nació Bolognesi.
La casa fue construida en 1750 y en la actualidad se encuentra en el jirón Huancavelica. Hasta 1998, las paredes lucían color melón suave, que es el mismo que uvo en la época en que Grau vivió en ella durante doce años.
La Casa Museo de Lima ofrecía en 1998 cinco ambientes donde se exhibían gran cantidad de objetos, como muebles, fotografías, cuadros y documentos.
Los nombres de estas salas son: Inicios de Grau, Amigos de Grau, Combates Navales y dos salas con el nombre de Grau Intimo.
En la Sala inicios de Grau, se encuentra la maqueta de un barco de vela norteamericano, del tipo en los que Grau fue tripulante en sus primeros años de marino. Hay también un kepí, que usó cuando viajó en barcos mercantes.
Hay igualmente una maqueta del monitor «Huáscar», hecha en madera, pero que presenta el casco en metálico, para simular su blindaje.
En la Sala Amigos de Grau, hay una profusión de fotografías de los que fueron sus más cercanos amigos. Se puede apreciar una foto de los llamados Cuatro Ases de la Armada Peruana, es decir, Grau, Montero, Aurelio García García y Manuel Ferreyros, los mismos que fueron testigo en el matrimonio de Grau. El capitán de navío Ferreyros, murió antes de la guerra con Chile. También hay una foto de su amigo, paisano y segundo comandante del «Huáscar», el capitán de fragata paiteño Ezequiel Otoya, del médico del monitor Dr. Santiago Távara Renovales, de origen piurano que en Angamos sufrió una grave herida en una pierna, a pesar de lo cual siguió atendiendo. Hay también una foto de don Manuel Pardo Lavalle, de Manuel Elías su compadre y amigo, senador Iqueño y Ministro de Estado. También una foto de don Felipe Barreda. En una pared hay una pintura de apreciable tamaño, que se le tomó a Grau tres meses antes de su muerte, Fotografías, del Arzobispo de Lima don José Roca, que después de Angamos, pronunció una emotiva y larga oración patriótica y foto del R.P. Pedro, del convento de los Descalzos, donde Grau iba a orar y a confesarse.
En la Sala Combate de Angamos, hay varias pinturas al óleo representando el combate de Angamos. También los combates de Iquique, Abtao, y de otras acciones de guerra en las que tomó parte Grau.
En la Sala Grau Intimo, hay una gran fotografía que muestra el apoteósico recibimiento que el pueblo del Callao, tributó a sus restos cuando retornaron el 13 de julio de 1890.Se muestra también un comedor con muebles de la época, una mesa semi ovalada, seis sillas, dos sillones, una sombrerera, un auxiliar, un retrato de Grau y otro de su esposa. En la Sala, el gran espejo con marco de pan de oro que le regaló su suegra. Hay cuatro cartas dirigidas a su esposa, y la carta enviada a la viuda de Prat. Hay así mismo fotografías de siete de sus hijos, de su padre Juan Manuel, de su madre doña Luisa Seminario del Castillo y de sus hermanos Enrique, Ana y Dolores, Se encuentra en el museo un sombrero de tarro con lo cual asistió a determinadas actuaciones del Congreso y del Club Unión, del que era socio. También las cartillas de tres menús de los agasajos que se le brindaron en el Club Nacional, cuando retornó a Lima tras del combate de Iquique.
11.- Grau en 1879 buscaba Petróleo
En 1872 lo que ahora es la provincia de Talara y el departamento de Tumbes estaba ocupado por las haciendas de Máncora que principiando en el río Tumbes, llegaba hasta la quebrada de Pariñas y las haciendas La Brea y Pariñas que empezaban en la quebrada de Pariñas llegaba hasta la población de Amotape sobre el río Chira. La hacienda Máncora pertenecía a los herederos de don Diego Lama Farfán de los Godos, que eran 13 hijos. Las otras dos haciendas eran propiedad de don Genaro Helguero que las había recibido de doña Josefa Lama al morir. Pero aparte de estas tres grandes propiedades, existían en la cuenca del Chira otros propietarios de fundos y de chacras
En toda la región se habían descubierto grandes depósitos de petróleo que suscitaron la codicia de muchos empresarios extranjeros, sobre todo ingleses. El petróleo recién se conocía en el mundo como combustible para impulsar la maquinaria industrial, a cuyo desenvolvimiento ayudó mucho. En plena guerra con Chile, Helguero negoció la venta de sus propiedades a un empresario inglés por importante suma. En la parte correspondiente a Máncora y de los demás medianos y pequeños propietarios de tierras se formaron diversas compañías, muchas de ellas piuranas
En 1877 Grau con un vecino del Arenal, propietario de tierras, don Miguel Manzanares, hicieron un denuncio petrolífero o que se publicó en el diario “El Comercio” de Lima y de inmediato entraron en tratos con una empresa inglesa, pero la guerra lo paralizó todo. Esta es sin duda una faceta poco conocida de la vida de Grau
Con la Municipalidad de Paita, Grau tuvo alguna comunicación y allí se guarda como reliquia una carta del héroe de fecha l8 de abril de 1879, cuando la guerra acababa de estallar.
El 7 de Marzo de 1879 fue nombrado Vocal de la Junta Revisora de Ordenanzas Navales, cargo en el que estuvo poco tiempo por haber Chile declarado la Guerra al Perú en abril.
12.- Grau revela ser hijo de Paita.
El 30 de marzo de 1861, el Presidente Ramón Castilla promulga la Ley que convierte a la entonces provincia Litoral de Piura en departamento con tres provincias.
La de Piura con los distritos de Piura, Castilla, Sechura, Catacaos, Tambogrande, Yapatera, Morropón y Salitral.
La provincia de Paita, con los distritos de Paita, Colán, Tumbes, Amotape, La Huaca, Sullana y Querecotillo.
La provincia de Ayabaca con capital Huancabamba , con los distritos de Huancabamba, Ayabaca, Huarmaca, Sondor, Sondorillo, Chalaco, Cumbicus, Suyo y Frías.
En 1865, el sabio geógrafo Mariano Felipe Paz Soldán publicó el Atlas Geográfico del Perú. Allí aparece también el mapa del recién creado departamento de Piura con las tres provincias que tenía, de Piura, Paita y Ayabaca con capital Huancabamba. En 1877, Paz Soldán, publicó “Memoria de los trabajos de la Comisión de Demarcación política, judicial y eclesiástica” La Comisión había sido Presidida por Paz Soldán, y consideraba los departamentos de Amazonas, Piura, Marañón, Cajamarca, Independencia, La Libertad, Ancash, Huanuco, Junín, Lima, Huancavelica, Ica, Ayacucho, Apurímac, Cuzco, Pumacahua, Carabaya, Puno, Arequipa, Moquegua, Tacna y Tarapacá. Además la Provincia Litoral del Callao.
Con relación a Piura, lo consideraba con las provincias de Piura, Tumbes, Ayabaca, Huancabamba y Morropón. Desde 1865, la provincia de Ayabaca había sido dividida en Ayabaca y Huancabamba, de tal manera que la novedad en la propuesta de Paz Soldán, era la transformación del distrito paiteño en provincia, la creación de la provincia de Morropón a expensas de la provincia de Piura y la desaparición de la provincia de Paita, para ser incluida como distrito de Piura.
El Gobierno tomó como base este plan de demarcación para presentarlo con varias modificaciones, al Congreso. Personas influyentes lograron en Lima que no se considerase el proyecto de creación de la provincia de Morropón, pero respaldaron la reabsorción de Paita hacia Piura.
La elecciones parlamentarias del tercio en octubre de 1878, y la creación del Partido Nacional agitaron el ambiente político de Lima desde los inicios de ese año..El detonante de la tensa situación existente fue el apresamiento del senador por Piura y contralmirante y senador Lizardo Montero, bajo la acusación de conspiración, cuando en la noche del 2 de mayo salía del Club de la Unión Eso dio origen a disturbios y el 13 de mayo, se vio precisado a renunciar, el Gabinete que presidía el eneral Juan Buendía. La crisis ministerial duró más de un mes, pues recién el 18 de junio de 1878 quedó conformado el nuevo Gabinete con José Jorge Loaiza como Primer Ministro y Ministro de Justicia e Instrucción. Esto distanció al Gobierno del nuevo Partido Nacional y más aún del Partido Civil, al que pertenecía Grau. y que dominaba en ambas Cámaras. El 23 de agosto el senador Montero, interpela al Ministro de Gobierno, Palacios el cual se vería precisado a renunciar semanas más tarde. El 2 de setiembre, llegó de Chile el senador y ex presidente don Manuel Pardo que había sido elegido Presidente del Senado y de inmediato asumió el cargo. Poco después era asesinado en el mismo Senado. Era Vicepresidente de la Cámara de Diputados, el huancabambino Benjamín Huamán de los Heros.
El Ejecutivo lo envió a la Cámara de Diputados proyecto de Demarcación, pasando a la Comisión de Demarcación, la que hizo su propia propuesta, dejando a la Provincia de Payta, sin ninguna alteración tal como era antes.
El Proyecto se puso en debate el 2 de octubre de 1878 y fue entonces cuando intervino Grau, expresando lo siguiente: “No sólo como representante de la provincia de Paita, sino como hijo de ella, creo mi deber, hacer uso de la palabra para defender su existencia. Creo que no sea necesario alegar más razones de las que ha aducido la Comisión de Demarcación de esta Cámara, para combatir la idea de hacer de Paita, un distrito de Piura, sin embargo, manifestaré ligeramente a los Honorables Representantes, que la Provinciade Payta, por su condición de Puerto Mayor y por ser el primero en la ruta norte de la República, debe de continuar con la categoría de Provincia, en la que cuenta más de dieciocho años de existencia. Además, todos sus distritos están perfectamente demarcados y por la naturaleza de puerto que tiene Payta necesita indispensablemente de una autoridad superior que pueda atender con oportunidad y acierto, las variadas exigencias del servicio. Por estas ligeras razones que me permitido exponer y otras que omito, porque están al alcance de mis honorables compañeros, espero muy fundadamente, que la Cámara desechará el proyecto remitido por el Gobierno, en la parte relativa a la supresión de la importante provincia que tengo el honor de representar “
Con la intervención de Grau, se dio por terminado el debate de la propuesta de nuevas demarcaciones y Se procedió a la votación, siendo rechazada la propuesta del Ejecutivo y aprobada la propuesta de la Comisión de Demarcación de la Cámara.
Grau fiel a su forma de ser, no pronunció ningún agravio contra los gestores del proyecto, pero sin ambigüedades se opuso al proyecto que había originado en la ciudad de Piura.
De la posibilidad de que Grau hubiera nacido en Paita nos hemos ocupado en el Capítulo I, cuando mencionábamos que tanto la historiadora Ruth Lozada, como el historiador paiteño y Mayor ® del Ejército Abraham Gonzáles Espinosa, eran del mismo criterio.
En Octubre de 2002, el abogado Dr. José Albán Ramos publicó hasta dos artículos con referencia a la intervención de Grau defendiendo la intangibilidad de la provincia de Paita, documento que le había sido alcanzado por el Diputado Humberto Requena Oliva.